lunes, 9 de octubre de 2023

Mujeres piratas

 

                                                      Tomada de https://latam.ign.com                                        

                                                          La actriz Keira Knightley

  Si bien es cierto que la mayoría de los piratas de antaño solían ser hombres - Francis Drake, Henry Morgan, Barbanegra, Bartolomew Roberts, entre otros-, no es menos cierto que en sus barcos viajaban mujeres, ya sea como prostitutas, amantes del capitán e incluso ¡miembras de la tripulación! Lo que les estoy escribiendo no es mentira; hay fuentes históricas que lo confirman. De la página web www.worldhistory.org les traigo la siguiente información.

Mujeres a bordo

Podemos pensar que no era frecuente que hubiera mujeres a bordo a lo largo de la historia, aunque no es del todo cierto: dependía de la época, el lugar, la cultura y, por supuesto, la oportunidad. Las esposas de los capitanes y oficiales europeos, por ejemplo, a veces acompañaban a sus maridos en los buques mercantes. Algunas esposas de hombres que habían sido presionados para alistarse en un barco naval se subieron de contrabando a bordo de un buque y solo se mostraron cuando el barco estaba en el mar. También hay casos históricos de mujeres que se hicieron pasar por jóvenes varones, otras que se unieron abiertamente a los hombres para trabajar en el mar. Como la pesca y la caza de ballenas eran industrias en las que participaban mujeres, durante muchos siglos y en varios océanos, no era tan raro ver mujeres a bordo. Los buques de guerra británicos solían tener sirvientas a bordo, y en algunas culturas, sobre todo en Asia, las mujeres no solo eran marineras, sino también capitanas de barcos pesqueros y mercantes.

Es difícil saber cuántas de estas mujeres marineras se convirtieron en piratas. Muchos capitanes piratas del Caribe, por ejemplo, dictaron artículos que prohibían estrictamente la presencia de mujeres y niños a bordo de sus barcos para evitar cualquier disputa por favores sexuales o comportamiento abusivo. Sin embargo, conocemos algunos casos concretos, mujeres de leyenda, de folclore y de hecho (según fuentes históricas como las actas de los juicios) que fueron piratas. También sabemos que en los barcos piratas viajaban las esposas de los piratas que no participaban en los combates y, por lo tanto, eran liberadas del juicio cuando sus maridos eran capturados. También están aquellas que, como las monarcas, dieron financiación a hombres para que actuaran como piratas para ellas, ya sea para beneficio personal o para promover los intereses de su estado. He aquí siete mujeres que han dejado su huella en la extensa historia de las mujeres en el mar.

Teuta (siglo III a. C.)

Teuta fue una reina de los Ardiaei, una tribu iliria situada en los Balcanes occidentales, conocida por su relación con la piratería. Como segunda esposa del rey Agrón (231 a. C.), gobernó como regente de su joven hijastro Pinnes cuando su marido murió. Teuta continuó con la política exterior agresiva de su marido: sitió Issa en el 230 a. C. y atacó los barcos del Adriático con su propia flota de naves rápidas y ligeras. Los romanos enviaron hombres a la corte de Teuta para negociar el fin de lo que consideraban actos de piratería (al menos así es como presenta la situación Polibio, historiador griego del siglo II a. C.). Sin embargo, en esta época de la historia, no había mucha distinción entre guerra y piratería. Puede que los barcos de Teuta atacaran buques mercantes, pero también atacaban objetivos militares como Corfú (Corcyra) y las marinas combinadas de los aquianos y los aitolios.

Como consecuencia de la muerte de uno de sus enviados en el camino a manos de piratas ilirios, Roma declaró la guerra en el 229 a. C. Sin embargo, resulta difícil determinar los verdaderos acontecimientos a partir de las fuentes contradictorias. Es posible que los enviados se encontraran con Teuta y fueran asesinados por orden suya durante el viaje de vuelta. Según Polibio, Teuta dijo a los visitantes romanos que no podía impedir que sus súbditos se dedicaran a la piratería, ya que siempre lo habían hecho. También es posible que ninguno de los dos enviados llegara a conocer a la reina. Finalmente, Teuta fue traicionada por Demetrio de Faros, que negoció con los romanos, les ofreció su ayuda y Corfú (Corcyra) como moneda de cambio. Los romanos salieron victoriosos en la Primera Guerra de Iliria en el año 228 a. C. y el reino de Teuta quedó muy reducido. Demetrio fue nombrado tutor de Pinnes mientras Teuta se retiraba a Rhizon (la actual Risan en Montenegro). La reina firmó entonces un acuerdo de paz con Roma, en el que se comprometía a pagar un tributo regular y a no permitir que más de dos de sus barcos «piratas» navegaran al sur de Lissos (en la actual Albania del norte) en ningún momento.

Alwilda (siglo V)

Alwilda era bastante buena en la piratería, acechaba barcos en el Báltico y causaba estragos de tal magnitud que el rey de Dinamarca envió una tropa para capturarla.

Alwilda (también conocida como Awilda o Alvilda) fue una legendaria pirata de la actual Suecia cuyas hazañas se recogen en la Historia de los Daneses (History of the Danes) recopilada por el monje Saxo Grammaticus (activo entre 1185 y 1208). Alwilda se dedicó a la piratería en el siglo V cuando rechazó un matrimonio arreglado con el príncipe heredero Alf de Dinamarca. Disfrazada de hombre, huyó en un barco acompañada por un grupo de sus compañeras de mayor confianza. Alwilda se encontró entonces con un grupo de piratas que recientemente habían perdido a su capitán y la vieron como una sustituta ideal. Alwilda era bastante buena en la piratería, acechaba barcos en el Báltico y causaba estragos de tal magnitud que el rey de Dinamarca envió una tropa para capturarla. Irónicamente, el hombre elegido para liderar a los daneses era el príncipe Alf. Alwilda y sus piratas libraron una gran batalla en el Golfo de Finlandia, pero Alf no solo ganó la batalla, sino que también se ganó el afecto de Alwilda, que quedó impresionada por este galante hombre de acción. La pareja se casó y Alwilda se convirtió en la reina de Dinamarca.

Grace O'Malley (c. 1530-1603)

Grace O'Malley nació en Connaught, Irlanda, hacia 1530. Grace adquirió el apodo de Granuaille («la calva») porque llevaba el pelo muy corto (quizá porque así se adaptaba mejor a la vida en un barco) y se ha convertido en una figura perdurable del folclore irlandés. Era hija de un cacique que gobernaba la zona de la bahía de Clew. De niña, asaltó nidos de águilas después de que atacaran las ovejas de su padre. Las águilas arañaron la frente de Grace con sus garras y le dejaron cicatrices que llevó durante el resto de su vida.

A los 16 años, Grace se casó con Donal O'Flaherty con quien vivió en el castillo de Bunowen. Tuvo tres hijos, pero cuando su marido murió, se vio obligada a mudarse ya que en aquella época las mujeres no podían heredar propiedades. Grace se dedicó a la piratería: comandaba una flota de 20 barcos de su padre y asaltaba los cargamentos de los buques mercantes. En la batalla, la líder irlandesa luchaba personalmente con pistolas y alfanjes. Grace también utilizaba los barcos para negocios legítimos, pero fue debido a la piratería y al saqueo de los barcos que pasaban (o las acusaciones al respecto) que la Marina Real inglesa envió barcos en su contra, barcos que Grace derrotó en más de una ocasión. A pesar de estos roces, la flota de Grace navegó en algún momento al servicio de Isabel I de Inglaterra (r. 1558-1603), quizás siguiendo el consejo de su segundo marido, el jefe irlandés Richard Burke (con quien se casó en 1566).

SEGÚN UNA LEYENDA, GRACE O'MALLEY ENTERRÓ MÁS DE NUEVE TONELADAS DE ORO que NUNCA se pudieron ENCONTRAr.

Grace fue capturada mientras atacaba las propiedades del conde de Desmond en 1577 y fue encarcelada en Limerick durante 18 meses mientras se intensificaban las luchas entre Inglaterra e Irlanda. En septiembre de 1593, Grace obtuvo una audiencia con la reina Isabel, quizá para negociar la liberación de uno de sus hijos, donde se le concedió una manutención regular, muy probablemente a cambio de prestar sus barcos para favorecer las políticas de Isabel en Irlanda. El afecto entre las dos partes se reforzó cuando la reina inglesa nombró caballero a Tibbot, el hijo de Grace, que se convirtió en Sir Theobold. En 1597, la flota de Grace volvía a estar en funcionamiento. Es probable que haya muerto de vieja en el castillo de Rockfleet, en el condado de Mayo, en 1603. Según una leyenda, Grace había enterrado más de nueve toneladas de oro, pero las protegió con una maldición y nunca se las pudo encontrar.

Anne Bonny (activa entre 1719 y 1720)

Anne Bonny (también Bonney) nació en Irlanda (entre 1690 y 1700) y se ganó la infamia de pirata en el Caribe. Dejó a su marido en 1719 y se embarcó con su amante John Rackham, alias «Calico Jack». Entre su tripulación había otra mujer, Mary Read. Bonny se vestía de marinero, al menos cuando entraba en combate. Los piratas no hicieron ninguna captura significativa y el único motivo real de la fama de Bonny era que era una mujer en un mundo de hombres delincuentes en el mar. Parece que se desenvolvió con facilidad en este entorno y luchó valientemente con pistolas cuando hubo que hacerlo. Bonny y Rackham tuvieron un hijo, a quien abandonaron en Cuba.

Bonny fue capturada cuando su barco fue abordado por las autoridades cerca de Jamaica en noviembre de 1720. Solo Bonny, Read y otro hombre opusieron resistencia, ya que Rackham y los miembros restantes de la tripulación estaban borrachos. Fue juzgada por piratería, declarada culpable y condenada a la horca, pero su ejecución se retrasó cuando el tribunal supo que estaba embarazada. A Rackham se lo colgó, pero Bonny tuvo poca compasión por él, al expresarle: «Si hubieras luchado como un hombre no te colgarían como a un perro» (Downie, 193). Bonny nunca se volvió a enfrentar a la justicia y no se sabe qué fue de ella.

Mary Read (f. 1721)

Mary Read (también Reade) nació alrededor de 1690 según algunas fuentes, según otras al menos una década antes, probablemente en Plymouth, Inglaterra. El hermano mayor de Mary murió de niño y su madre vistió a Mary de varón, haciédola pasar por su hermano fallecido, para seguir recibiendo ayuda económica de la madre de su difunto marido. Siguiendo con la treta de disfrazarse de chico, Mary consiguió un empleo como lacayo, pero decidió que una vida en el mar le ofrecería más oportunidades de aventura. Fue entonces cuando Read se alistó en un barco de la marina y luego en el ejército, y participó en la Guerra de los Nueve Años (1688-97) contra los franceses. Se enamoró de un oficial de caballería, con quien comenzó a tener una vida civil en la ciudad y montó una cervecería (pub) en los Países Bajos llamada Three Horse Shoes. El marido de Read murió y el negocio se arruinó, así que se unió a la tripulación de un barco y se fue a reconstruir su vida en el Caribe.

Read se enamoró de un marinero de su barco que fue retado a duelo. Read intervino, luchó contra el rival y lo mató a espada y pistola. El barco de Read fue capturado por piratas, a quienes se les unió en 1717, ya sea por voluntad propia o bajo la amenaza de ser asesinada. Tal vez fue así como Read se unió a la tripulación de John Rackham. Al igual que Anne Bonny, que también formaba parte de esta tripulación, Read se vestía como hombre en la batalla y luchaba junto a los demás piratas, según declararon los testigos del juicio. Read y compañía, piratas de poca monta, se concentraban en el relevo de cargamentos como el tabaco de barcos mercantes pequeños y mal armados.

Read fue capturada junto con Bonny y Rackham en noviembre de 1720, cuando las autoridades jamaicanas sorprendieron su balandra y solo las dos mujeres y un hombre opusieron resistencia. Como señaló un testigo: «ambas [Read y Bonny] eran derrochadoras, siempre estaban maldiciendo y usando palabrotas, y muy listas y dispuestas a hacer cualquier cosa a bordo» (Cordingly, 111). Al igual que Bonny, fue juzgada por piratería, declarada culpable y condenada a la horca. También como Bonny, su sentencia se retrasó porque estaba embarazada. Mary Read murió de fiebre en prisión en 1721.

Maria Lindsey (principios del siglo XVIII)

La legendaria inglesa Maria Lindsey (alias Cobham) formó una sociedad de piratas con su marido Eric, a quien conoció en Portsmouth, cuando él ya era un pirata establecido. A principios del siglo XVIII merodeaban por las aguas del Cabo Bretón, en el Atlántico occidental, su objetivo principal eran los barcos que transportaban pieles valiosas. Famosos por su crueldad con los marineros capturados, algunas de sus víctimas fueron atadas en sacos y arrojadas por la borda. Se dice que María apuñaló a un capitán rival y que utilizó a los prisioneros como blanco para practicar con su pistola. Después de haber tenido éxito como piratas, los Cobham compraron una lujosa finca en Le Havre, un yate y llevaron una vida más estable y respetable. Todo empeoró cuando durante un día de navegación se vieron tentados a retomar sus viejas costumbres: capturaron un bergantín, asesinaron a la tripulación y vendieron la embarcación en Burdeos. Luego, los Cobham retomaron su estatus honorable e incluso Eric Cobham llegó a ser magistrado local. Las cosas terminaron trágicamente cuando María ingirió veneno y saltó por un acantilado.

Zheng Yi Sao (f. 1844)

Zheng Yi Sao (también conocida como Ching Shih) se hizo cargo de la enorme flota pirata de su difunto marido, Zheng Yi, que asolaba el Mar de China Meridional a principios del siglo XIX. La viuda pirata amplió sus operaciones y la flota llegó a tener más de 800 barcos con 70.000 hombres, organizados en seis flotas con una bandera de distinto color cada una. Los barcos mercantes que transportaban mercancías como seda, especias y porcelana hacia y desde Cantón (actual Guangzhou) y Malasia eran el principal objetivo. Los barcos extranjeros también fueron víctimas, a cuyos marineros se solía retener hasta que se pagaba un rescate. Los asentamientos costeros sufrieron ataques regulares y brutales. El control de Zheng Yi Sao sobre estas aguas era tan exhaustivo que los capitanes se veían obligados a pagar para obtener protección y garantizar la inmunidad frente a cualquier barco de la flota pirata. Ni siquiera las flotas navales podían hacer mella en el control total de los piratas, quienes derrotaron tres flotas distintas en 1808 y 1809.

Naturalmente, las mujeres habrían preferido no ser secuestradas en absoluto, pero al menos a las que fueron capturadas por las tripulaciones de Zheng Yi Sao se les ofreció mayor protección que en otros lugares. Los piratas de Zheng Yi Sao eran meticulosos en sus registros y reglas, y no se les permitía abusar de las mujeres capturadas; el castigo por tal delito era la muerte.

Hubo algunas aguas turbulentas para Zheng Yi Sao. Su amante y líder de la Flota de la Bandera Roja era Chang Pao (c. 1786-1822). El líder de la Flota de la Bandera Negra, compuesta por 100 barcos, Kuo P'o-Tai, estaba celoso del rol elevado de Chang Pao; puede que incluso estuviera celoso de su relación con Zheng Yi Sao. Chang Pao llegó a atacar la flota de Kuo P'o-Tai en diciembre de 1809. Con la ruptura de su confederación de piratas, Zheng Yi Sao decidió dar por terminada la guerra. El jefe de los piratas navegó audazmente hasta Cantón y negoció un indulto del gobernador en abril de 1810. Zheng Yi Sao se casó con Chang Pao y dirigió una operación de contrabando hasta su muerte en 1844. Muchos han afirmado que Zheng Yi Sao fue, entre hombres y mujeres, la pirata más exitosa de todos los tiempos.

 Como pueden ver, si bien es cierto que tuvieron un papel reducido en la historia, sí que lograron destacarse. No me sorprendería que en el futuro, cuando conquistemos el sistema solar en unos siglos, también tengamos mujeres piratas espaciales. Hasta la próxima y gracias por su atención.

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