Un buen día, un médico le estaba haciendo un chequeo rutinario a un particular paciente.
- Señor Steve Austin, debo decirle que está en óptimas condiciones de salud; se ve que los constantes peligros de sus misiones no lo han dañado mucho.
- Gajes del oficio, doctor.
- Bien, ahora sólo falta chequear sus reflejos.
El hombre golpea con su martillo una de las piernas del paciente; de inmediato, el pobre galeno sale despedido hacia adelante, abriendo agujeros en todas las paredes de los consultroiso de sus colegas. En la última de ellas, justo cuando iba a caerse al vacío se agarro, por mero reflejo, a una sus gruesas fisuras.
- ¡¡Auxilio, sáquenme de aquí!!
Ni corto ni perezoso, Steve Austin le gritó desde atrás.
¡¡Oiga doctor, mil disculpas!! ¿¡Recuerda que le había dicho que no probara mis pierna biónicas?!
Muy bueno, un poco de humor siempre se agradece!!!!
ResponderEliminarJajaja, muy bueno, eso para que vuelva.
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