Apenas lo puedo creer,
¡Valentina Koslov acaba de decirme que quería salir conmigo! Mi corazón palpita
de emoción; tanto como el motor de un Ferrari. Y no es para menos: no es todos
los días que la chica más popular de la escuela se interese por ti. Si sólo era
un sueño, no me quería despertar; aunque proviniera de la última mariguana que
me fume.
Justo cuando todavía me
encontraba en mi momento de éxtasis, una luz de flash apareció en la nada de mi
habitación; se hizo más grande hasta tener la envergadura de una persona. Y se
materializo ante mí: un muchacho, más o menos de mi edad y estatura; con un
traje de astronauta del futuro. A continuación, puso su dedo en un extremo del
casco y éste se desvaneció, como si fuera el haz de luz que va dejando un
televisor antes de apagarse. Pude ver su rostro: era parecido a mí, excepto que
tenía la piel más pálida y el cabello rojizo. Yo todavía estaba de espaldas al
piso, luego de caer estrepitosamente, invadido por el pánico.
- ¿Eres tú Fulgencio
Ríos, no?
Sí, sí, soy yo – dije con
un mal disimulado miedo en mis labios.
- Mi nombre es Pulsar;
disculpa que haya aparecido de ese modo, pero me urge hablar contigo. Soy descendiente
tuyo y vengo del futuro, para advertirte que no te cases con Valentina.
- ¡¿Qué?!¡¿Acaso vienes
del futuro para competir por mi futura novia?!
-Valentina Koslov es la
heredera de la mafia rusa; si te casas con ella, serás parte de su familia y también un infeliz.
- Espera, no te puedo
creer; si lo que dices es verdad, dame una prueba.
Él se desnudó de la
parte superior de su traje de una sola pieza y no sólo pude ver su fornido
cuerpo, sino que vi una fea y larga cicatriz que se extendía del hombro derecho
a la ingle izquierda.
- Esto me lo hizo Valuev,
un mercenario de mi padre; fue mi castigo por no estudiar ese día.
- Oye hombre, si cambio
el futuro, tú nunca habrás nacido.
- Pues prefiero eso a
vivir como un miserable.
Otra luz de flash,
similar a la primera, hizo su aparición. Una mujer alta, atlética, con el mismo
tipo de traje que Pulsar, pero blanco y azul, y con el casco puesto, se hizo
presente. Nos disparo con algún tipo de arma que emitió un rayo paralizante a
los dos.
- Hemos registrado una
violación a las leyes del universo: está prohibido los viajes al pasado.
Ciudadano Pulsar, sabe perfectamente que aunque se trate de hacer turismo, un
viaje de este tipo puede crear agujeros negros; recuerde la paradoja del abuelo…
- Lo sé: si viajo al
pasado para matar a mi abuelo, no naceré nunca y en consecuencia nunca lo maté.
Pero este no es el caso, oficial: no pretendo matarlo, estoy buscando salvar su
vida y la existencia de toda una familia.
Con su voz sensual,
ella continúo.
- Pues lo lamento
mucho, porque la paradoja aplica para todos los casos. Le insertaré una sonda a
tu ancestro para que olvide que esto alguna vez ocurrió. Pulsar, tú quedas
arrestado.
jajaja, ingenioso, atrevido, cáustico, divertido...Me ha encantado y me ha hecho pasar un rato muy agradable.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por disfrutar mi cuento Marisa, aunque debo admitir que no estaba exactamente escrito para que diera risa; quizá le faltó algún ingrediente para convertirlo en cuento de suspenso. De todas formas, tu comentario es bienvenido; es un buen adorno para mi entrada. Espero que sigas pasándote por este blog. Hasta pronto.
EliminarPor supuesto que a mi el relato me ha gustado mucho. Me ha parecido divertido por la frescura que destila, está muy bien narrado como todos tus cuentos, aunque quizá no he sabido expresarlo con exactitud. Claro que me seguiré pasando por el blog, vengo bastante y me declaro admiradora de tus relatos. Tienen esa chispa particular que caracteriza a los escritores con un estilo muy personal que encandila. Un abrazo y feliz noche, amigo ;))
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