martes, 12 de noviembre de 2013

El baile de la muerte de Joe Lambada (5ta parte)



Luego de la accidentada captura del ecologista Chico Flores, Joe procedía a vendar la herida de su rodilla desnuda luego de arreglarse el pantalón ante la atenta mirada de su prisionero, que tenía bien sujetas las manos con unas esposas.

- Apenas me cuesta creerlo, el gran Joe Lambada no pudo matarme

Eso último que dijo sólo indigno más al lastimado Joe, que dijo con una rabia apenas contenida.

-Lo que yo haga no es de tu incumbencia, esto es entre dom Acab y yo

- Sí lo es si es que me vas a entregar a dom Acab

-Quieres que te diga una cosa niñito, una palabra más y cambiaré de opinión – decía mientras terminaba de ponerse un sujetador en la rodilla después de colocarse el vendaje, para finalmente arremangar la basta de su jeans oscuro hacia abajo.

-Eso será muy interesante de ver.

Se escuchó por toda la selva el sonoro disparo de una treinta y ocho. A los pocos segundos Chico cayo de espaldas desde el tronco donde estaba sentado, ante la mirada de un erguido e imponente Joe Lambada.

-¡No olvides que yo siempre tengo la última palabra!, ¡¡caminha!!

Fueron en el todoterreno desde aquel punto de la selva hacia la mina de Acab Michaelson, en donde el vehículo se abrió paso por los caminos de tierra que bordeaban aquellos gigantescos boquetes cavados en lo que antes era un bosque virgen; todo del tamaño de tres veces Río de Janeiro. En el punto de encuentro acordado, un iracundo Acab miraba cómo su mercenario favorito le traía con vida al sujeto que había mandado a matar; estaban presentes también sus hijos Marcos, Lucas y Juan además de unos cuantos guadaespaldas.

¡¡ Te dije que lo mataras, no que lo trajeras con vida!!

-Ese era nuestro trato al principio, pero sólo cumpliste la mitad de él. Si fuese como te lo sugerí en nuestra prenegociación por teléfono en donde yo te pedía que me pagaras el cien por ciento, entonces él ya estaría muerto pero no; primero me presionaste a que viniera a tu oficina para explicarme todos los detalles, emborracharme con tu vino añejo, poner música aburrida y darme una charla de tu amor por la naturaleza (Que es precisamente algo que no practicas ni realmente te importa) para hacerme firmar un contrato de mitad de paga sabiendo que yo nunca opero así.

Acto seguido Joe sacó su smartphone con su mano izquierda mientras con la derecha apuntaba con su arma a Chico Flores.

-Basta de rodeos, págame en línea y te lo mato aquí mismo

Pero justo en ese instante uno de los hijos de Acab desenfundo su arma apuntando a Chico.

¡¡Muere maldito!!

Sin embargo no contaba con la destreza de Joe

¡¡No, él es mío para matar y de nadie más!! - dijo Joe al mismo tiempo que fulminaba con un tiro a la cabeza al muchacho, lo que provocó que Acab, sus dos hermanos y los demás se abalanzaran entre llantos hacia aquel cuerpo que se precipitaba sin vida al suelo.

Con ojos de ira Michaelson miro a Joe y entre dientes contraídos grito lo siguiente.

-¡¡Has matado Lucas, mátenlos ya!!

¿Lucas, igual que el personaje del Clon?

¡¿Es mi hijo bastardo, ahora muere?!

-¡Diles que no disparen o otro de tus hijos morirá!

-¡¡Fuego!!

Joe le dijo lo siguiente a Chico

-Huye lo más rápido que puedas hacia el auto, yo te cubriré

¡¡Estamos rodeados, nos van a matar!!

¡¡Hazlo yaaaa!!!

Sin más preámbulo, Chico corrió como puma hacia el Land Rover mientras Joe disparaba a diestra y siniestra en medio de aquella lluvia de balas. Durante aquella refriega Joe se las arreglo para esquivar balas a la vez que logro matar a algunos de ellos incluyendo a Marcos, el otro hijo de Acab; esa acción provoco que Acab le pidiera a su hijo Juan que bajara el arma.

-¡¡Baja el arma Juan y ponte a salvo, eres el único que me queda!!, ¡¡y ustedes, es lo mejor que pueden hacer, mátenlos ya!!

Aquella orden venía demasiado tarde, pues tanto Joe como el muchacho estaban dentro del todoterreno, que ya iba a toda máquina.

-Vas a tener una pequeña charla conmigo cuando salgamos de aquí

-¿Eso crees, qué garantía tienes de que será de esa forma?

-Eu sou Joe Lambada

(Continuará) 














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