martes, 19 de noviembre de 2013

El baile de la muerte de Joe Lambada (6ta parte)


En el capítulo anterior, Joe Lambada, inseguro como estaba de matar a Chico Flores, decide entregarlo vivo al hombre que lo contrato, el empresario minero Acab Michaelson. Éste, sin embargo, estaba molesto con Joe porque quería ver al joven muerto, y en medio de esa discusión Lucas, uno de los hijos de Dom Acab, desenfundo su arma para matar a Chico; esto hizo que Lambada reaccionara desenfundando la suya para evitar que lograra su cometido, so pretexto de quien tenía que matarlo era él y nadie más. Ahora ambos huyen para salvar sus vidas a bordo del Land Rover todoterreno de Joe en el sexto capítulo de esta saga.

El todoterreno verde oliva iba como alma que la persigue el demonio sobre el polvoriento camino que bordeaba aquel gigantesco boquete minero a cielo abierto, evadiendo la constante tormenta de balas que venía tras ellos; de repente se escucha desde abajo la detonación de una bazuca de mano, disparando un misil tierra aire que ahora se dirigía hacia ellos; Joe y Chico escuchaban la estela de fuego que se originaba en la cola del misil.

-Joe, creo que nos acaban de disparar un misil

-Un misil patriot tierra aire de esos que interceptan scuds soviéticos

-¿Dónde aprendiste tanto de armas?

-No lo sé, lo único que importa ahora es deshacernos de eso, ¿ves ese gigantesco caterpillar que viene bajando hacia nuestra dirección?

-Estamos perdidos Lambada, no hay forma de evitarlo

-Si logro hacer que mi todoterreno pase al borde cerca del precipicio, casi rozando aquella cosa, el blanco será eso.

Parecía que Chico iba a decir algo, excepto que estaban a dos segundos del camión. Joe realizo la maniobra, dejando a su vehículo con las llantas de la izquierda bordeando por su mitad el borde camino a la vez que salpicaba la arena hacia el precipicio, el otro extremo del vehículo estaba con el retrovisor a un centímetro del caterpillar, luego ocurrió la cegadora explosión.

Luego del resplandor, dom Acab y sus hombres abrieron sus ojos; él pensó en voz alta.

- ¡¿Pero qué?!

Cuando Chico saco sus manos de su rostro y abrió los ojos, sintió la onda de choque de una colosal y ruidosa explosión que hizo temblar los cimientos del vehículo; el caterpillar había estallado en pedazos y sus escombros volaban a todas direcciones, algunos casi le dan al veloz todoterreno de Joe.

-Eres un demente

Pero Joe se quedo en silencio sin responder nada

Al ver ese desastre, Acab tomo su celular y dio la siguiente orden

-¡¡Seguridad, necesito que destruyan un todoterreno verde oliva antes que se salga de los límites de la mina, también que organicen una fuerza rápida para perseguirlos en caso de que esto suceda. Háganlo ya!!

El cuatro por cuatro de Joe iba a toda la velocidad que le permitía la potencia de su motor, seguidos de cerca por las ráfagas de municiones de las armas. Una de las balas quebro su parabrisas trasero.

-Acab Michaelson, me las vas a pagar por esto – dijo Joe

Otro misil fue disparado hacia el vehículo, lo que hizo que Joe se decidiera a realizar una maniobra arriesgada; se estaba acercando a toda velocidad hacia la un tanque que apuntaba hacia ellos.

¿Estamos a punto de ser borrados de la faz de la tierra y tú piensas en estrellarte contra ese tanque?

¿Voce calar la boca por favor? (¿Te quieres callar la boca por favor?)

Justo cuando estaba a metros del tanque, Joe Lambada realiza una maniobra brusca que hace que el todoterreno cambie de dirección hacia la derecha con sus llantas arrastrándose por el suelo formando nubes de polvo, justo cuando el tanque estaba a punto de disparar; el misil hizo contacto con el blindado y otra explosión térmica hizo sentir su intensidad por toda la mina. Acab tomo del brazo al que disparo el misil y le reclamó.

Basta, no dispares más o me quedare sin mina

-Seguidamente tomo su celular y da la siguiente orden

-¡¡A ellos!!

En cuestión de segundos, una caravana de vehículos militares iban tras el cuatro por cuatro, justo cuando este rompía la reja de entrada.

En aquel camino selvático, tan espeso que era casi un lujo ver la luz del sol, Joe Lambada y Chico Flores huían lo mejor que podían de las fuerzas de Michaelson.

-Creo que estaríamos más felices si nos hubieran matado.

-Ésta es la historia de mi vida muchacho, no pienso renunciar a ella

Aprovechando su mayor velocidad, Joe oculto su vehículo en la vegetación que bordeaba los contornos de una curva para ocultarse. Pocos segundos después los vehículos de la caravana pasaron rápidamente sin notarlos, luego de lo cual Joe reculo.

-Lo lograste, estamos a salvo

Pero Joe respondió

No, esto apenas empieza

Lo siguiente que hizo Joe fue ponerse detrás de los que poco tiempo antes eran sus perseguidores

-¡No me digas que estás pensando hacerles frente!

-¡¡Claro que no, los voy a aniquilar!!




Ahora la caravana militar era presa del imponente cuatro por cuatro verde oliva, cuyos rugidos del motor iban acompañados de los disparos de la treinta y ocho de Lambada, que daba disparos precisos a las ruedas de cada vehículo haciéndolo volar por los aires; uno de ellos les paso por encima a unos dos metros, para caer en el suelo y estallar. Se formo un hongo de explosión térmica detrás de ellos.

¡¡Esta es la ley de la selva amigo!!

-Lo único que se es que si Michaelson no termina destruyendo el Amazonas, tú lo harás por él.

Así se seguía divirtiendo Joe hasta que apareció otra caravana de vehículos militares detrás de ellos

-Creo que dom Acab Michaelson adivino tus trucos

-Naaa, no estés tan seguro, ¿puedes abrir la guantera?

Eso hizo el muchacho

-¡Es una granada!

Debajo de tu asiento hay una pistola de cañón grueso que la puede disparar, ponla allí y dame el arma.

-¿Cómo vas a disparar y al mismo tiempo manejar?

-¡¡Dame la maldita pistola ya imbécil!!

Se la lanzo hacia Joe, quien hábilmente la atrapo con la mano derecha y la izquierda todavía aferrada al timón. En medio del sonido de las balas perdidas de sus perseguidores, él aprovecho el espacio abierto de su vidrio quebrado y disparo.

-¡¡Bienvenidos al infierno, cerdos!!

La granada dio en la tapa del motor del todoterreno hummer que guiaba la caravana; un gran estallido que sacudió los alrededores se expandió como reacción en cadena al resto de la caravana y uno tras otro los vehículos estallaban. Un gran incendio se inicio en el área circundante a la explosión, afectando flora y fauna.

Más adelante, la otra caravana a la que perseguía Joe iba bajando a toda velocidad una loma.

Sujétate

¡¿Qué piensas hacer ahora gringo desquiciado?!

¡Esto!

Joe aumento cambio su vehículo a cuarta fuerza avanzado a toda velocidad hacia la caravana que bajaba la loma; uno a uno fue aplastando cada vehículo con las enormes ruedas del suyo, con sus ocupantes huyendo despavoridos mientras sus vehículos se volvían chatarra. Poco después de pasarlos por encima, otra explosión térmica se dio.

-¡¡Woooo, esos sí que son fuegos artificiales precarnaval, música para mis oídos!!

Pasmado, Chico lo seguía escuchando sin saber qué decir.

Siguieron con la vía libre hasta dar con la carretera interestatal, la que sí estaba bien pavimentada. Cuando iban en su carril derecho, un enorme trailer iba a su dirección, así que Joe decidió rebasarlo sin siquiera percatarse que en el otro carril iba un vehículo a velocidad normal.

¡¿Por qué mejor no te haces a un lado de la carretera para que ambos autos pasen?!

¿Y qué, o soy él o yo?

Joe siguió hacia adelante, acercándose cada vez más al vehículo que iba en su carril correcto; éste no tuvo más remedio que hacer una maniobra brusca para salirse del camino, lo que hizo que su sedan se revolcara varias veces de forma violenta hasta quedar dentro de la espesa selva. Joe Lambada y Chico Flores escucharon otra explosión.

-Eres lo más sádico que he conocido en mi vida

Pero Joe no le respondió, sino que siguió manejando hacia un área pantanosa que él conocía.

-¿Para eso nos trajiste aquí, para morir de malaria o dengue?

-Es porque aquí nos mantendremos a salvo de los matones de Michaelson

-Creo que hubiera preferido morir a manos de él

-Basta de rodeos, necesito saber si es cierto lo que dices, muéstrame las pruebas de las verdaderas intenciones de dom Acab Michaelson con la selva amazónica.









































2 comentarios:

  1. ja ja esto está mejor que ver una película !!! me hiciste recordar la infancia cuando usábamos la imaginación, ese músculo atrofiado hoy en nuestro cerebro... !! :D

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  2. Historia muy detallada, es como si uno está de pie en la escena viendo se desarrolla la acción como la realidad. Gracias por compartir Alberix Zeta

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