sábado, 8 de marzo de 2014

México 70 (5ta parte)



Broma a ritmo do samba

Así continuaron los días de aquel junio de 1970, con un Jose Giovanni que muy a menudo pasaba noches de insomnio y largas ojeras, lo que no le molestaba, ya que para él todo era un sueño del que no quería despertar; ni Alicia en su país de maravillas la pasó mejor. Luego siguió el carnaval de goles de Brasil y no había equipo que lo superara; la samba se había apoderado del mundial y parecía que del campeonato. Ni los campeones ingleses se pudieron salvar. Incluso Jose Giovanni se dejó llevar por aquella fuerza desconocida; eso ocurrió un día mientras estaba rastrillando del césped con otros compañeros en la sede de Brasil en Guadalajara, cuando lo llamó Pelé.

- Voce tú, ¡¡veja aquí!!

- Señor Pelé, ¿no ve que estoy ocupado?

- ¿Nao quieres aprender a bailar samba?

- Sí, cuando tenga tiempo

- Ven, que no es difícil

Todos los demás le hicieron coro a Pelé, siendo la presión tan grande que el chico dejó lo que hacía para ponerse a bailar. Estaba Pelé con su uniforme de entrenamiento, lo que no fue un impedimento para jugar al profesor de samba.

- Sigue meuss passos

De verdad parecían una pareja bailando samba, lo que hacía que por momentos José Giovanni se sintiera como un maricón. Luego de la nada apareció una hermosa mulata imponente, con traje ligero de carnaval que de algún modo terminó bailando samba con José Giovanni. Ahora sí se sentía rey de carnaval, mientras la selecao lo animaba 

- Olé, olé, olé, olé, Brazil, Brazil, olé..

Apareció María Teresa, con mirada de sangre y se interrumpió el jolgorio. 

- ¿Con que dejando de hacer tu trabajo, heh?

- María, disculpa, no fue mi idea, cho

- Foi idéia minha - respondió Pelé

Eso no fue suficiente para calmarla.

- ¿Y tú José, por qué seguiste?

- Realmente creía que estaba aprendiendo a jugar fútbol

- Queu acontecendo aquí - pregunta Zagalo que apareció sorpresiva mente.

- Queríamos diversao un rato, por eso lo de la samba y la bailarina.

- No tengo que adivinar de quien foi la idea, ¿verdad Pelé?

- Señor, yo

- ¿Quieren ser campeoes?, vengan acá

Zagalo se los llevó a otro lugar, luego despidió amablemente a la bailarina y dejo a María Teresa y Jose Giovanni a solas.

- En verdad no creí que..

- Hay que lavar los baños, están sucios!

- ¿Y quien me va a ayudar?

- Vos tú mismo, los demás están ocupados - dijo ella emulando su forma de hablar al mismo tiempo que se escuchaba algo de rabia en sus palabras.

Sin embargo debió ser un enojo pasajero, porque poco después estaban juntos viendo el partido de cuartos de final entre México e Italia, donde Jose Giovanni vistió para la ocasión la misma del equipo de México que tenía puesta su compañera. Él no era realmente un hincha, sino alguien que disfrutaba cada jugada, en especial cada gol independientemente del equipo que fuera. Fue por eso que en un momento de juvenil imprudencia, cuando Italia le metió el gol a México, lo celebró y luego de eso tuvo que cubrirse él y María Teresa con el chaleco de él y a buen ritmo de trote  escabullirse en medio de el bombardeo de cosas que les aventaban, desde vasos de plástico hasta sillas. Tuvieron una triste despedida del estadio.

- María Teresa, vos perdoname por esta burrada

- Yo entiendo como eres tú, pero ándale, ándale, si no quieres que nos maten.

Luego de aquel desastroso cuarto de final, tuvieron tres días de descanso hasta la siguiente fase. Los dos aprovecharon esos días para pasar más rato juntos. en una de esas entraron nuevamente en la sede de Brasil, ya  que la chica tenía las llaves de entrada. Se pusieron a practicar fútbol: ella era la delantera, él portero, lo malo es que de tanto ver lo bien que le quedaba a la chica su traje de futbolista, él no se fijaba cuando le encajaban goles.

- ¿Así que vos sois de un club de fútbol?

- Sí, las aztecas de Guadalajara - después que dijo esto, le volvió a encajar otro gol - ¿o eres el peor portero del mundo o me estás dejando ganar?

- Oye relajate, esto sólo es un juego

- Con que un juego, ¿heh? - le pateó una pelota que le golpeó duramente la cabeza, sin llegar a lastimarlo seriamente

- ¿Y ese bombazo, por qué?

- ¿O vas a apañar las bolas en serio, o te usó a ti para desquitarme de la derrota de Méjico, además del desastre que nos hiciste pasar? - seguía pateando las bolas hacia él

- ¡¡¡No, por favor, no sigas, me vas a matar!!!

Los proyectiles seguían llegando hasta él y no tuvo más remedio que tener que atraparlos, dando uno que otro en el blanco. Finalmente ya cansados, se recostaron uno frente al otro en el bien podado césped.

- Híjole manito, eres mejor portero de lo que pensaba.

- A mí me sigue gustando jugar a delantero
.
- Ja, ja, ja, ja, ¿te gustaría visitar a mi abuela en Xochimilco?

- Que bueeeeno, ¿cuando es?

- En el distrito federal, es nuestra versión de Venecia. A propósito, ese español tuyo suena gracioso.

En Xochimilco, se montaron en una embarcación muy colorida que allá llaman trajineras, que son unos botes adornados con portadas de flores incrustadas, que forman nombres de mujer. Jose Giovanni fue testigo del gran movimiento turístico del lugar, además de su exuberante belleza. El apacible viaje terminó cuando llegaron a la isla de la abuela de María Teresa, que los recibió muy cordialmente. Cuando ya anocheció él, María Teresa y la señora, se sentaron alrededor de una fogata; los dos miraban como la anciana entraba en uno de sus trances proféticos.

- Mi abuela es una curandera maya, ahora mismo intenta conocer quien eres.

- Tiene cara que se fumó algo, ¿qué es?

- No seas loco!, ella no fuma, se tomo unas sustancias que la llevan al mundo de los espíritus.

De pronto la curandera abre los ojos, mas aún pareciera que soñara despierta.

- Estoy viendo a José Giovanni siendo absorbido por un hueco, veo un trompo metálico flotando en el espacio y un hombre con cabeza de cobra, Quetzalcoatl?

José Giovanni se dio cuenta que la vieja estaba describiendo su viaje en el tiempo, aunque de una forma muy accidentada.

- José Giovanni, caíste del cielo en un tinaco de basura!!! - luego de decir esto se desmayó

- ¡¡No, por favor, no me digas que yo la maté!!

La muchacha fue a tocarle el pulso a su abuela.

- No, sólo se desmayó.

Poco después de que la abuela se fuera a dormir, ambos quedaron mirándose a la luz de la fogata. Ella le trajo una bebida.

- Es mate frío, ¿cómo lo conseguiste?

- Mi abuela tiene la receta, ella acostumbra atender numerosos turistas.

- Tú abuela sí es muy divertida.

Ella se le acercó, para besarlo en la boca

- ¿Y eso por qué?

- Porque tú también eres muy divertido. Mi abuela dice que vienes de otro planeta.

- ¿Vos lo crees?

- Yo creo, que viniste de otro planeta para aterrizar en mi corazón - luego de decir esto lo volvió a besar.

De eso modo dieron suelta a su noche de pasión, con la luna y las estrellas de testigos muy cerca de aquella fogata ya no tan necesaria, porque ambos disfrutaban del calor de su desenfreno. Fue la mejor noche de la vida de José Giovanni, quince años antes de que él naciera!! 

Como la vida debió continuar, el mundial nuevamente comenzó. Por mucho que amaba a María Teresa, llegó a un arreglo con ella para que le permitiera ver el partido del siglo entre Italia y Alemania, ese del que sólo pudo llegar a ver unos cuantos minutos en youtube. Ella no pudo acompañarlo porque le encargaron ser la masajista de los brasileños en su partido contra Uruguay. 


Continuará

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