La dueña de una reconocida agencia de moda hace una visita inesperada a su oficina principal y se encuentra con una sorpresa no tan grata: todos y todas l@s candidat@s a modelos profesionales son gente fea.
Ella avanza de manera serena, sin demostrar ningún tipo de indignación, a la oficina de su diseñador en jefe. Al entrar, encuentra a este entrevistando a otra mujer fea, pidiéndole cortésmente que se retirara para que pudiera continuar con su entrevista luego. Tras hacer esto, ella se sentó en la silla que anteriormente ocupaba la chica, quedando al frente del escritorio de su diseñador y le reclamó lo siguiente con profundo malestar.
⸺ Bruno querido, ¡¿qué diablos estás haciendo?!, se supone que esta es una agencia de modelos, no una oficina de audiciones para contratar el elenco de una película de terror. Tampoco quiero creer que esto se trata de abaratar costos; entiendo que una persona fea nunca podrá cobrar lo mismo que una persona hermosa, pero esto es ridículo.
⸺ Doña Paola, no se trata ni de ahorrar costos ni de hacer películas de terror; en realidad, se trata de una campaña que estamos empezando a llevar a cabo para relanzar los anuncios y el prestigio de nuestra compañía de modelaje, sólo que de manera radical. Iba a presentarle esto en la próxima reunión de accionistas, pero usted vino de sorpresa y se adelantó a nuestros planes por completo.
⸺ ¿Ah sí? – de su labio emano una leve pero bien graciosa risita -, ¿y cómo se llama la campaña que me querías presentar?
⸺ Su nombre es la siguiente: “Aprenda a ver y apreciar la belleza interior”
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