Conan el imbécil (Ríase un poco)
Un buen día el gran Conan el bárbaro se fue a cazar, trayendo un gran siervo joven sobre sus anchos hombros, para que su joven mujer lo cocinara. Al ver la presa, ella se espanto.
 
 
- ¡¡Conan imbécil!! ¡¡Acabas de matar a mi siervo mascota!!
 
Haciendo un ademán muy torpe, el grandote miro al cadáver y respondio lo siguiente.
 
 
- Ehhhh, no era él, era su hermano gemelo.
 
 
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jejeje!
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