sábado, 4 de julio de 2015

Grecia no va a renunciar al euro






Mucho se ha conjeturado en los últimos días sobre este tema, he incluso, ya hay quien dice que esto es señal de los tiempos finales. Sé también que mi pronóstico es muy arriesgado, pero he aprendido que sin riesgos no se gana; no voy a permitir que me pase lo mismo cuando me di cuenta que Barack Obama no iba a invadir Siria y, aunque no me equivoque, no publique nada de eso en mi blog. Mi análisis es el siguiente: sea cual sea la consecuencia, Grecia no va a renunciar al euro, ni mucho menos, salirse de la Unión Europea. Voy a esgrimir mis razones.

1.      Grecia, como cuna de la civilización occidental y, en consecuencia, uno de los estados fundadores de la Unión Europea, les será absurdo salirse del gran conglomerado. Eso daría como resultado renunciar a su propio legado e historia; los mismos griegos/as lo saben.

2.      Por mucho que se esfuerce su premier, Alexi Tsripias, en su afán utópico de echarle en cara a Alemania y comparsa sus injustas políticas monetarias – usar dinero de los/as contribuyentes para prestar o pagar deudas – el otro escenario podría ser mucho peor, ya que Grecia no tiene con que apoyar una moneda propia y, de todos modos, deberá seguir negociando con sus acreedores, con o sin euro.

3.      Grecia difícilmente contemplaría unirse al bloque de Rusia, mucho menos al de China: el primero, porque, pese a que Grecia se puede jactar de ser la mamá cultural del coloso ruso, hay sentimientos encontrados, especialmente porque los griegos/as no son eslavos. Difícilmente se unirá al bloque de China, ya que las diferencias son mucho mayores que con los rusos y Grecia, por sí sola, no representa un gran negocio para el gigante asiático.

4.      Cada griego/a sabe lo que está en juego, incluso las jubilaciones. Una moneda alternativa, como la plantea Tsripias, no garantizaría mejores arreglos de pago ni mucho menos estabilidad financiera.

5.      Grecia necesita mantenerse unida a un bloque geopolítico, especialmente teniendo a Turquía – su antiguo enemigo – al lado. Unirse a Rusia, que tiene fricciones históricas con ese país musulmán, podría acarrearle aún más problemas, ya que pondría a  la frontera griega como un probable foco de tensión. Eso es lo que vivió Alemania occidental durante la guerra fría y es lo que le pasa actualmente a Polonia ante un belicoso Putin. Pertenecer a la Unión Europea le garantizaría a Grecia una relación ambigua y bastante pacífica con Turquía, que también es miembro de la OTAN.

Si acierto, sin duda leerán más mi blog, y si no, sin duda te olvidaras de esta entrada. Lo que sí es verdad, es que no será el fin del mundo y Grecia difícilmente se saldrá de Europa – estoy seguro que ni Tpripias quiere eso - , tal como supuestemante le hara Inglaterra, pero esto es tema para otro capítulo.

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