Mucho se ha conjeturado
en los últimos días sobre este tema, he incluso, ya hay quien dice que esto es
señal de los tiempos finales. Sé también que mi pronóstico es muy arriesgado,
pero he aprendido que sin riesgos no se gana; no voy a permitir que me pase lo
mismo cuando me di cuenta que Barack Obama no iba a invadir Siria y, aunque no
me equivoque, no publique nada de eso en mi blog. Mi análisis es el siguiente:
sea cual sea la consecuencia, Grecia no va a renunciar al euro, ni mucho menos,
salirse de la Unión Europea. Voy a esgrimir mis razones.
1.
Grecia, como cuna de la civilización
occidental y, en consecuencia, uno de los estados fundadores de la Unión
Europea, les será absurdo salirse del gran conglomerado. Eso daría como
resultado renunciar a su propio legado e historia; los mismos griegos/as lo
saben.
2.
Por mucho que se esfuerce su premier,
Alexi Tsripias, en su afán utópico de echarle en cara a Alemania y comparsa sus
injustas políticas monetarias – usar dinero de los/as contribuyentes para
prestar o pagar deudas – el otro escenario podría ser mucho peor, ya que Grecia no tiene con que apoyar una moneda propia y, de todos modos, deberá seguir
negociando con sus acreedores, con o sin euro.
3.
Grecia difícilmente contemplaría unirse al
bloque de Rusia, mucho menos al de China: el primero, porque, pese a que Grecia
se puede jactar de ser la mamá cultural del coloso ruso, hay sentimientos
encontrados, especialmente porque los griegos/as no son eslavos. Difícilmente se
unirá al bloque de China, ya que las diferencias son mucho mayores que con los
rusos y Grecia, por sí sola, no representa un gran negocio para el gigante
asiático.
4.
Cada griego/a sabe lo que está en juego,
incluso las jubilaciones. Una moneda alternativa, como la plantea Tsripias, no
garantizaría mejores arreglos de pago ni mucho menos estabilidad financiera.
5.
Grecia necesita mantenerse unida a un
bloque geopolítico, especialmente teniendo a Turquía – su antiguo enemigo – al lado.
Unirse a Rusia, que tiene fricciones históricas con ese país musulmán, podría
acarrearle aún más problemas, ya que pondría a
la frontera griega como un probable foco de tensión. Eso es lo que vivió
Alemania occidental durante la guerra fría y es lo que le pasa actualmente a
Polonia ante un belicoso Putin. Pertenecer a la Unión Europea le garantizaría a
Grecia una relación ambigua y bastante pacífica con Turquía, que también es
miembro de la OTAN.
Si acierto, sin duda leerán
más mi blog, y si no, sin duda te olvidaras de esta entrada. Lo que sí es
verdad, es que no será el fin del mundo y Grecia difícilmente se saldrá de
Europa – estoy seguro que ni Tpripias quiere eso - , tal como supuestemante le
hara Inglaterra, pero esto es tema para otro capítulo.
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