viernes, 2 de enero de 2015

Otros calendarios


           Aunque quizá muchos/as lo desconozcan, el primer año nuevo se celebró en Babilonia, hace más de cuatro mil años y según los entendidos, era más preciso que el actual. El calendario occidental, impuesto a todo el mundo por el poderío de este grupo cultural, lo inventó el dictador Julio César, que estableció el primero de enero como día festivo y hasta le incluyó  un mes con su nombre: Julio. Lo malo de este calendario es que era tan impreciso, que un papa católico de nombre Gregorio XIII lo mando a reformar y desde entonces se le llama gregoriano.


            Sin embargo, por si no lo sabías, muchas culturas celebran su propio año nuevo o lo hacen paralelo al nuestro. He aquí los siguientes ejemplos, sacados de la página www.pepe-rodriguez.com , tal vez con información algo desactualizada, pero que no deja de ser válida.

Calendario chino


- Los chinos entrarán en su año 4701 en nuestro 1 de febrero del 2003.

-  El próximo Losar o Año Nuevo Tibetano, que dará inicio a su año 2130, será en nuestro 3 de marzo de 2003.

- Los musulmanes entrarán en su año 1425 en su mes de Muharram, en abril/mayo de nuestro 2003.

- Los judíos entrarán en su año 3317 o en el 5764 según comiencen su año contando desde el primero de Nisan o el primero de Tishre. El cambio de año (Rosh Hashaná) cae entre fines de septiembre y principios de octubre.

- Los bahá'í entrarán en su año 159 en el Naw-Rúz, que acontece en el equinoccio de primavera, hacia el 21 de marzo.

- Los hindúes, según el calendario Shalivahan Shaka, entrarán en su año 1925 en el día de año nuevo, Vaishaki o Yugadi, que comenzará en su mes de Chaitra (Marzo-Abril) durante el Shukla Paksha (quincena clara de la luna). Pero según su calendario Vikrama Shaka entrarán en su año 2059 en el primer día del mes Kaartik (Octubre-Noviembre).

-  Los incas inician su año nuevo, el Intiraimi o "Fiesta del Sol", el 21 de junio.

- Y según el calendario gregoriano entramos en el 2003 el 1 de enero...

            Otro detalle que debo recalcar, es que casi todos estos calendarios se crearon en base de los rudimentarios estudios astronómicos de estos pueblos, y que en todos se incluye el concepto del tiempo cíclico, que significa simplemente que lo antiguo renace y se renueva; muy al contrario del concepto occidental, en donde todo se renueva y el pasado queda como recuerdo. En mi opinión, el primero tiene más sentido, ya que aunque los años en el calendario gregoriano pasen, seguimos en el mismo cuerpo y pensamos igual.

Calendario tibetano


            El concepto del tiempo lineal de occidente, que incluso es desmentido por la astronomía moderna, ha provocado que en nuestro afán de progreso, devastemos lo que consideramos desechable para construir los cimientos de nuestras obras, ¿no les suena esto familiar? El tiempo del mundo de hoy nos hace avanzar desde el punto de vista de que podemos prescindir de algo que consideramos inútil, si es que con eso nos renovamos para lograr un objetivo. He allí el origen de por qué hay gente que vive con la obsesión de hacerse cirugía con tal de parecerse a sus actores favoritos o también de devastar un ecosistema frágil, si es que con eso conseguimos los minerales necesarios para seguir creando móviles más sofisticados y portátiles.

            El tiempo es cíclico: los planetas, sistemas solares y hasta las galaxias, giran cada cierto lapso de tiempo para luego volver a los mismos lugares en que estaban tiempo atrás y así sucesivamente: la famosa música de las esferas, que tanto nos hablan los de la nueva era, pero descrita en sentido racional. Nosotros no somos ajenos a esto: por mucho que nos cueste aceptarlo; somos parte de un ecosistema o de un entorno cósmico y lo que hagamos afecta todo lo demás como efecto dominó. Esa idea occidental de renovarnos, dejando en el pasado lo que consideramos malo para sólo concentrarnos en lo que somos ahora; por ese motivo nos convertimos en ávidos consumidores de moda y nos obsesionamos con esa idea de que debemos ser cada vez más felices. Sin embargo, no nos ponemos a pensar que esa ropa que usamos la hicieron a costa de contaminar un hábitat frágil, de explotar trabajadores a niveles de esclavitud o que esa felicidad que nos hacen consumir las transnacionales nos están convirtiendo en zombies del capitalismo.

            El tiempo lineal judeocristiano, que me da la sospecha que ni Jesús lo inventó, porque él ni siquiera se tomó la molestia de hacer un calendario, le ha hecho mucho daño a nosotros mismos y a nuestro entorno. Siglos y siglos de progreso e imposición occidental sólo nos han llevado a dos guerras mundiales, constantes crisis políticas, económicas y un grave deterioro ambiental de la que apenas nos estamos volviendo conscientes. No me sorprendería  que, de ese mismo modo, estuviéramos desarmonizando el sistema solar y por lo tanto también el cosmos, ¿se imaginan si esto es verdad?

            Los animales son más conscientes que nosotros de lo que son: como no son ajenos a su entorno, se adaptan a él y aprenden con cada ciclo de experiencia, a sobrevivirlo, porque saben que nunca podrán ser otra cosa. Nosotros, en cambio, queremos esforzarnos cada año en ser otra cosa, ignorando casi por completo que siempre seremos seres humanos, por más que eso nos disguste; queremos ser siempre algo nuevo o mejor, menospreciando el pasado como un mal recuerdo y tratando de ser la persona ideal que todo el mundo sueña. Al final quizá si logremos ser alguien diferente a lo que fuimos hace cincuenta años: nos habremos convertido en seres vacíos, sin identidad, con gustos cada vez más cambiantes e ideas del bien común muy inestables; estaremos creando en cada época al hombre/mujer nuevos, que cambian el concepto de felicidad con la misma facilidad con que se cambian de traje.

Calendario maya


            El concepto lineal del tiempo nos ha llevado a crear un mundo desechable y las consecuencias ya las estamos pagando. En cambio, en los antiguos conceptos del tiempo cíclico, éramos conscientes de que siempre seríamos nosotros mismos pero cada vez más maduros; en cada ciclo, aprendíamos algo nuevo, porque éramos conscientes de nuestra identidad y por lo tanto, hacia dónde queríamos ir. Una mariposa no deja de ser insecto porque ya no es gusano, del mismo modo que un ser humano no puede cambiar de personalidad como lo hace con un modelo de automóvil. Si seguimos en esta confusión, no sabremos a donde parar.

            Siempre me he considerado occidental y lo seguiré siendo, pero no estoy muy de acuerdo con el concepto lineal y judeocristiano que tenemos del tiempo. Los griegos y los romanos – antes de Julio César -, tenían un concepto más preciso del tiempo cíclico que les fue muy útil y no creo que Jesús lo llegaría a objetar: él siempre dijo que su reino no era de este mundo, por lo tanto, dudo muchísimo que entre sus planes figurara inventarnos un calendario para esperar su segunda venida.

            Volver al concepto del tiempo cíclico nos ayudaría a mejorar como especie y a estar en armonía con el entorno, antes de que nos destruya a nosotros en represalia. Sé que en otras culturas divagaran mucho con mis ideas, pero pienso que un  día, nos tendremos que reunir todos como humanidad y ponernos de acuerdo para unificar criterios y crear un calendario mundial, que no sea impuesto por ninguna cultura y que se tome la decisión en consenso. Sé que lo que propongo es una locura, pero al final, todos/as somos parte de la misma especie; deberíamos ser conscientes de hacia dónde vamos y qué destino nos queremos construir.

            Parece una locura, ¿qué piensas tú al respecto?


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