En un remoto país del mundo, la gente estaba tan tecnológicamente atrasada, que para aplicar la pena de muerte se necesitaban usar verdugos. Cierto día uno de ellos iba a cortarle la cabeza a un condenado, quien dijo lo siguiente.
- Jamás pensé que llegaría el momento en que perdería mi cabeza
El verdugo, que tenía un taller para hacer prótesis, le respondió.
No te preocupes amigo, que yo te haré una prótesis para la tuya.
El Pregonero Silencioso
Boa piada.
ResponderEliminarGostei.
Abraço.
¡Estás muy loco Balduino! Jajaja
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