Tarzán estaba paseandose en la selva agarrado de su liana, cuando choco contra un elefante. El rey de la selva, con su rostro ensangrentado, pensó en voz baja.
- Me rompí la nariz, quede tuerto y se me hincho la cara, ¿qué decirle a Jane?
El elefante le preguntó
- Oye Tarzán, ¿por qué no lanzaste tu famoso grito?, me hubiera hecho a un lado
Tarzán se le acercó a su enorme oreja y dijo lo siguiente con dificultad.
- Amigo mío, es que me quedé afónico
El Pregonero Silencioso
Pobre Tarzán...Al menos debiera tener un radar.
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