jueves, 27 de junio de 2013

Dopaje, fantasía de gloria



Hace poco tiempo en el gran país del norte existió Dale Cheater, un pesista élite de Estados Unidos campeón olímpico en dos ocasiones y que debía su éxito en gran manera a los esteroides, pero que irónicamente siempre pasaba los controles anti dopaje. No conocía escrúpulos ya que su única ambición en la vida era ser el más grande, sin importar el precio que tuviera que pagar por ello.

Sin embargo en la última temporada no tuvo la suerte de otras ocasiones, quedando tercero en el torneo nacional y quedo de quinto en los últimos trials clasifica torios para la siguiente olimpiada. Su preocupación se la hizo saber al médico de su equipo, un viejo amigo suyo que le suministraba las sustancias ilícitas cierto día que se realizaba el chequeo médico.

- Me ha ido mal doc, necesito ayuda extra

El médico le respondió luego de revisarle la presión arterial con su cabeza en gesto de negación.

- Dale, siento decirte que hemos llegado demasiado lejos.

Los ojos del joven tomaron una coloración rojiza y la expresión de su rostro se contrajo, pero trato de preguntar de forma calmada.

- ¿Quiso decir doc que no me va ha ayudar más?

- Temo que no, además de que si te hiciera el examen de sangre que arrojaría como resultado una sopa tóxica, tu corazón está latiendo a más de noventa por minuto causando que a lo largo de los años tus vasos sanguíneos tuvieran que ensancharse más, tus arterias transportan los químicos a tu cerebro provocando que tu sistema nervioso se mantenga en un estado de desequilibrio permanente, causando además de principio de hipertensión arterial....

El joven lo interrumpe con un gesto brusco que denota tensión.

- ¿Además de qué?

- Para decirlo de forma menos técnica, estás volviéndote más agresivo y en cualquier momento perderás el control de tus emociones con consecuencias inimaginables, me temo que no podré darte más esteroides.

- Necesito ganar esa medalla.

- Dale, tu cuerpo es una bomba de tiempo, si te vuelvo a suministrar los esteroides tal vez no lo soporte más. Vuelve la otra semana para comenzar una terapia de desintoxicación.

Dale se levantó de su asiento en actitud desafiante.

- Doc, no iré a ninguna terapia.

- Has lo que quieras Dale, por mi parte nada de esto se sabrá, es lo único que puedo hacer en nombre de nuestra amistad.

- Más le vale Doc!!

Cerró la puerta de forma violenta detrás de él, luego el Doc dijo lo siguiente llevando su mano derecha a su frente tapándose los ojos.

- Cómo lamento el día que te di esas drogas.

Días después, en  algún callejón oscuro del vecindario, Dale se encontró con su viejo conocido distribuidor de drogas.

- ¿Trajiste las drogas?

- Sí, pero hay un pequeño problema.

Dale se puso atónito.

- ¡¿Qué quieres decir gusano?!

El joven traficante traga saliva.

- Bueno, estoooo, esta es una droga experimental de los laboratorios del pentágono, se supone que es para hacer supersoldados que maten talibanes. De hecho el nerd que me lo vendió lo hizo con la condición que sólo yo lo tomara.....

Dale hace una mueca de incredulidad

- ¿Eso es todo?

El traficante puso sus manos sobre los hombros de Dale y dijo histérico.

- Oye hermano, si descubren que te vendí esto la cárcel va a ser poca cosa con lo que me van a hacer, tal vez algún espía de la CIA envenene mi sopa o me maten con un drone....

El joven musculoso lo agarra fuertemente por el cuello de la camisa.

- ¡¡Dame los esteroides!!

- ¿Me estás haciendo daño fortachón, acaso vas a matar al que te vende la marihuana?

- Si no me das esa droga voy a retirarte del mercado.

Con las manos temblorosas el traficante saco el paquete de su chaqueta.

- Aquí está lo tuyo, sólo dame mi paga y espero que no te suceda nada malo o lo lamentaré, esos militares no pierden su tiempo en juegos de guerra.

Luego de eso Dale lo lanzo violentamente contra el muro dejándolo inconsciente, para después lanzar le un fajo de billetes sueltos que eran movidos suavemente por un viento ligero.

- ¡¡Toma gusano, allí tienes tu paga y estoy seguro que no me pasara nada!!

Horas después en la noche Dale estaba en la cama con su novia, ambos con sus musculosos cuerpos desnudos aunque era evidente la mayor corpulencia de Dale; en ese momento ella estaba echada arriba de él hablándole en susurridos.

- ¿Dale todavía te dopas?

- ¿Cómo sabes eso?

- Porque siento el sabor de medicina de tus besos y el olor a plástico nuevo de tu piel.

- Jiji, ok Denver tú ganas, sí me estoy dopando pero eso lo hacen todos los atletas, ¿no?

Ella le da un manotazo fuerte al pecho que hace ruido.

- ¡¡Ouch!!, eso dolio

- No todos Dale, yo no lo hago.

- Cariño, tú eres mejor que yo.

- Tal vez, es sólo que estoy preocupada por ti bombón, tu salud está en juego, ¿qué te dijo Doc?

- Dijo algo similar.

- ¿Después de todo cómo comenzó todo eso?

- ¿Recuerdas el flaco alto y larguirucho del que todo el mundo se burlaba en el campus?

- Fue de ese larguirucho de quien yo me enamoré

Dale hace una mueca de sarcasmo.

- Jojojo, ¿en serio?, nunca pensé que la campeona estatal de salto de pértiga se enamoraría de algo como yo.

- Y tú larguirucho jamás se te ocurrió acercarte para saberlo, eras tan inseguro cuando estabas así de flaco.

- Creo que esa fue la gran equivocación de mi vida, bueno como te iba diciendo un día un par de tontos me dieron una paliza en el baño del campus en el año de mi primer ingreso...

- Para allí, ¿ese no fue el día que te enviaron al cuarto de urgencias del hospital?

- Es cierto, pero lo que nunca nadie supo es que cuando estaba en la enfermería llegue en un estado deplorable y el doc, al darse cuenta que así como estaba nunca llegaría al cuarto de urgencias del hospital me suministro una inyección con los esteroides que le daba a la delegación olímpica en su trabajo de médico,  fue así que desde entonces me volví adicto. Me convertí en el hombre musculoso y fortachon que todo el mundo teme y respeta, de manera tal que no sólo te pude cortejar sino que gané dos medallas olímpicas, eso último no fue algo voluntario pero de algún modo tenía que deshacerme del efecto secundario de volverme agresivo por el exceso de adrenalina; la única forma de hacer eso era realizando deportes de fuerza.

- De todos modos estoy asustada, tu corazón lo siento latir mucho más fuerte.

- ¿Y cómo crees tú que me voy a defender de esos bullies?, mi adicción no es nada comparado con lo que ellos me harían a mí.

- Sí pero me tienes a mí, ya no necesitas ganar ni una medalla más.

Ella le saco un orgasmo a él.

- Esta bien, una última medalla más, después de eso nos casamos para formar una familia.

- Vaya qué directo eres Dale, ¿de verdad quieres tener hijos?

- Siiiiii, aunque terminen siendo tan larguiruchos como yo.

- Jajajaja, oh Dale, tú siempre con tu sentido del humor negro, igual los voy a amar, ahora sigamos con lo nuestro que pasado mañana te toca tu siguiente trial. Una cosita más., ¿irás a la terapia de desintoxicación del Doc?

- También te lo prometo.

- Pues entonces, ¡¡a gozar la noche!!

Dos días después Dale estaba listo para el siguiente trial clasifica torio en donde justo antes de comenzar, era aplaudido como si se tratara de un héroe. Primero fue el arranque en donde Dale lucio mejor que los demás que lo precedieron, igual le fue en el primer envión, sin embargo cuando terminaba de realizar el segundo envión su cuerpo se quedo extrañamente estático ante la mirada de todos incluso de su novia.

El cuerpo de Dale estaba temblando como si fuera sacudido por un temblor de tierra, sus ojos parecían desorbitados y la piel de su cara estaba tan hinchada que parecía que se le iba desprender del cuerpo. En cuestión de segundos el peso de la barra junto con los discos inclinó el cuerpo de Dale hacia la derecha, de repente el antebrazo izquierdo se le desprendió de su cuerpo mientras aún sostenía la barra y esta salió despedida hacia abajo formando un ángulo de ciento ochenta grados a la vez que le arrancaba los dedos de la mano derecha. En el mismo momento en que la barra con los discos caía haciendo un ruido ensordecedor, el cuerpo de Dale se desplomó vomitando sangre venosa con la papada de su cabeza sobre el líquido, en medio del sonoro alboroto y el grito de terror de su novia que se escucho por todo el complejo deportivo y más allá.

Entre lágrimas la joven Denver decía a su amado entre sollozos

- Resiste cariño, hasta que podamos ir al hospital

Pero Dale Cheater estaba con su cuerpo de bruces sobre una laguna de sangre.



Días después se realizó el funeral de Dale en la parroquia metodista del barrio donde nació, donde estuvieron presentes sus amigos/as, familiares, profesores y hasta fanáticos. El primero que dio el discurso de despedida fue su padre.

-         Sniff, sniff, Dale, aunque lo que hiciste estuvo mal, prefiero recordarte como el buen estudiante que fuiste y no lo que los demás ahora dicen de ti.

Se fue entre sollozos, siendo el turno de la madre, que no pudo dar su discurso porque estaba hecha un mar de lágrimas, razón por la cual le paso su discurso de despedida a su otro hijo, quien ahora era el primogénito Cheater.

-         ¡¡Dale, ¿por qué nos hiciste eso?, ¡¡tú no tenías que demostrarnos nada nosotros te amábamos!, ¿quién estará a mi lado para contarme tus chistes malos!!?

Estaba tan deshecho que lo tuvieron que sacar de allí a la fuerza para darle la oportunidad al entrenador de Dale, cuyo discurso fue más directo y duro.

-         Debiste escuchar mis consejos Dale, pero tú preferiste el camino fácil a la gloria; éste mensajes también va dirigido a todos los jóvenes aquí presentes, nunca busquen el triunfo a costa de su salud, el dopaje puede darte medallas pero puede restar años de vida. Descansa en paz Dale, dondequiera que estés.

En medio de aquel funeral, Denver apenas podía contener su tristeza, o al menos así lo imaginaba en su cabeza cuando de pronto, escuchó un constante aumento en los sonidos de la máquina de electrocardiogramas que estaba al lado del cuerpo acostado de Dale, después vio al joven incorporarse para poder despertar. Luego se lanzó sobre el cuerpo de Dale llena de alegría.

-         Oh Dale, oh Dale, ¡¡estás vivo!!

-         Uff Denver, eso me dolió

-         Pues eso no se compara con el dolor que sentía mientras pensé que habías muerto.

-         Oye, espera un momento, ¿de verdad estoy vivo?, ¿no es este un flashbacks de mis últimos recuerdos?

-         Deja lo de la ciencia ficción a un lado, esto es real

Dale miro sus brazos, los podía mover pese a que las partes que se le habían desprendido de su cuerpo habían sido cosidas con un hilo negro.

-         Mis brazos, sniff, los puedo mover

-         Eso fue porque la operación experimental que te realice fue todo un éxito.

Dale y Denver miraron para atrás para ver a su querido amigo Doc esposado, rodeado de policías.

-         Doc, no me diga que…

-         Sí Dale, el incidente en el complejo deportivo en el que casi mueres provocó que se descubriera todo, ahora me arrestaron por brindar dopaje a los atletas y me quitaron la licencia de por vida.

-         Cuánto lo siento por usted Doc

-         No te preocupes Dale, a mí me basta saber que estás vivo.

Uno de los policías dijo lo siguiente.

-         Señor Dale Cheater, el comité olímpico levantó cargos contra usted por uso de sustancias ilícitas, ¿usted está consciente de las implicaciones que esto le traerá?

A lo que Dale respondió con la tranquilidad de alguien que estaba seguro de lo que quería.

- No me importa lo que me espera, sé que voy a perder mis medallas y records, por lo que de ahora en adelante competiré limpiamente hasta restituir mi honor; sin embargo mi mayor premio está aquí a mi lado, Denver, ¿te quieres casar conmigo?

- ¡¡Sí!!

En otro lugar de la ciudad Tricky Chamberlain, el traficante de Dale, dormía profundamente en el sofá de su desordenado apartamento con la ropa del día anterior cuando de pronto, una persistente mano tocaba con cada vez más persistencia su puerta.

-         ¡¡Señor Chamberlain, abra la puerta!! – decía una voz bastante grave e intimidante.

De manera muy pesada Tricky Chamberlain se despertaba, caminó desgarbado hasta la puerta primero mirando por el ojo mágico contemplando algo que lo llenó de pánico, eran dos hombres atléticos con boina y uniforme verde oliva. Antes de abrir se puso de espaldas a la puerta como si fuera un maniático.

-         ¡¡Maldición son ellos!!, ¿ahora qué?.

Toc, toc, toc

-         ¿Señor Chamberlain, está usted allí?

Tricky abrió de golpe para hacerle frende a los dos uniformados.

-         El señor Tricky Chamberlain no se encuentra, ¿quién lo busca?

-         Señor Chamberlain, queda usted detenido por hurto y venta ilícita de una droga experimental de los laboratorios del Pentágono.

-         Tricky no está aquí, soy su hermano gemelo

-         Eso dígaselo al juez de la corte marcial.

El joven vaciló un poco para dar la siguiente respuesta, luego extendió su antebrazo derecho adelante con la mano abierta, diciendo lo siguiente tratando de aparentar mayor seguridad.

-         ¿Tienen una orden de arresto?, ¡conozco mis derechos!

-         Aquí le voy a dar sus derechos.

Y mientras decia esto, Tricky vio cada vez más cerca el puño cerrado del militar hasta cubrirle todo el campo visual.
Fin

 
El Pregonero Silencioso



6 comentarios:

  1. Hablas sin saber. Documentate antes de escribir algo

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    1. justo lo que vine a comentar... la gente le teme a lo que no conoce, y los gringos se encargan de volver un taboo los esteroides, siendo que es peor tomar coca cola y comer en mcdonalds...

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  2. jajajaja tantos errores en este post... la ignorancia es la base de todo fanatismo.

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  3. Bela postagem, bastante educativa, e ao mesmo tempo assustadora.
    Colocou dois caras em pânico.
    Dois que tiveram a coragem de admitir....
    Fora os outros milhares que estão na moita!

    Grande abraço!

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  4. Yo apoyo la historia, no solo por sensatez y sentido común, también por lo que dictamina al respecto la comunidad científica. Particularmente, me ha gustado la originalidad del argumento, la denuncia que haces con respecto a los esteroides, (toda sustancia tóxica y anabolizante es nociva, a mi entender y no hablo de café)...Muy bien narrado, el final encierra moraleja, por lo positivo. Además, el Pentágono no sale muy bien parado, de lo cual me alegro. Excelente relato, me ha enganchado hasta el final. Lo comparto.
    Un abrazo

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    1. Gracias a ti por siempre leerme; son los/as posteadores como tú quienes realmente enriquecen este blog, le dan prestigio y hasta me ayudan a mejorar. Es un honor ser leído por ti. Hasta pronto.

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