miércoles, 10 de diciembre de 2014

Mundo Xero



            En la monotonía estresante del mundo corporativo, Crescencio daría todo por salir de su cubículo celda; un prisionero más, que con su trabajo esclavizante, contribuía a mover la rueda del progreso.

            A punto de tocar su sumadora, diviso un extraño destello en el espacio vacío entre el mueble en que se encontraba el aparato y su mano. Por curiosidad, la toco con su dedo, causando que se expandiera en varias direcciones y formara una grieta de luz, como si la realidad se estuviera resquebrajando.. Se puso suspicaz; sin embargo, su curiosidad fue mayor que su sentido común: extendió el brazo hasta hacer contacto con la grieta brillante. Una explosión de luz amarilla cubrió  su campo visual, dejándolo inconsciente.

            Despertó en un lugar de aspecto extraño, teniendo a su alrededor estructuras gigantes, compuestas de partes mecánicas unidas por engranajes y ruedas dentadas adheridas a ellas; parecían las piezas de un reloj antiguo gigantesco. El cielo era oscuro porque el sol, la luna y las estrellas brillaban por su ausencia.

            Casi se cae, evitándolo sólo porque se agarró del borde justo a tiempo. Al reincorporarse, notó que estaba sobre un corredor sin barandas, apoyadas en pilastras sobre un árido suelo que conoció mejores días.

            Sintió tal soledad, que hubiera preferido ser asaltado sólo para sentirse vivo. Luego, de un agujero de la estructura de forma humana frente a él, se disparo una especie de laser que lo escaneo. Al rato, se abrió la compuerta neumática, dejando visible el otro lado; sólo se veía la nada.

            Súbitamente, una pequeña luz blanca apareció en el centro de ese espacio vacío, agrandándose rápidamente hasta abarcar los contornos de la compuerta. Como avispa atraída por una lámpara asesina, él camino hacia ella.

            Entró en un bazar futurista, concurrido por gente delgada, con el mismo traje de una sola pieza y la misma contextura, ambos sexos. Tenían la piel color papel, pálida, cadavérica; cabellos y ojos marrones, que les daban aspecto más tétrico.

            Iban de un lugar a otro del bazar, atraídos por letreros luminosos, ininteligles para él. Cada local competía por la atención de estos seres.           

            De pronto, alguien lo miró, y al poco rato, se vio rodeado por todos/as; un ser viviente entre esos zombies. Caminaron lenta pero amenazadoramente hacia él, hasta que algo lo saco. Su rescatador era un joven con apariencia similar al resto, pero más atlético; ojos y cabellos verdes y un aspecto más encantador. Se sujetaba con algún tipo de látigo de luz verde neón, con el que se columpiaba por todos los edificios, mientras lo agarraba con suma facilidad con el otro brazo, pese a no ser mucho más grande que él.

            Tras evadir a todo un ejército, se refugiaron en un escondrijo entre los edificios. El joven lo miró detenidamente; después le habló calmadamente en un idioma que no entendía. Súbitamente, clavó su larga uña en la frente de Crescencio, de la que emanó sangre; sólo en ese instante logró entender.

- Bienvenido al lúgubre mundo Xero. Mi nombre es Tral, un rebelde.

            Crescencio lo miraba vagamente. Le pregunta lo siguiente.
 
 - ¿Quién diablos eres tú?
 
        Pero de manera muy fría, Tral le respondió lo siguiente.

- Por lo que veo, tú debes ser de la simulación.

            Sin entender lo que decía, afirmó que sí.

- Esa simulación es del pasado de este mundo, cuando todo era mucho mejor. Ellos la hicieron con el fin de experimentar; dudo mucho que hayas escapado. Lo que creo, es que llegaste aquí por una falla de seguridad, ¿cierto?

            Él afirmó con la cabeza.

- Pues debes morir: no eres más que la copia de un primitivo creado con el ADN de nuestros guerreros muertos.
 
 
Próximamente: Mundo Xero, la novela, en colaboración con Federico Rivolta. 
 

Copyright. Todos los derechos reservados.

14 comentarios:

  1. Escalofriante final, Alberix.
    Muy bueno tu relato, has desarrollado una historia de ciencia ficción que podría tener una segunda parte. Yo la leería sin dudas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Muy buen relato del lúgubre mundo Xero. Éxitos!

    ResponderEliminar
  3. Meca!! Alberix!!! Estoy aquí como cada día en mi cubículo y tengo miedo de ver algún destello. No lo tocaré. Lo prometo. Tremendo universo el que has creado. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias preciosa: de seguir las críticas así, entonces sí estaré tomando en serio lo de crear una saga, aunque debo admitir que nunca es trabajo fácil; casi todo el mundo espera que la historia sea tan buena o mejor que el primer capítulo. Todavía seguiré pensando cómo hacer la cosa,

      Mientras, seguiré con mis trabajos, que de por sí ya son bastantes.

      Chaooo hermosa leonesa exótica.

      Eliminar
  4. Muy bueno y entretenido relato y el final, escalofriante e inesperado.
    Me ha encantado.
    Un gran abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Lucia UO; ese era el efecto que yo esperaba. Encantado de conocerte; ojalá algún día aprenda algo de ti. Hasta pronto.

      Eliminar
  5. Has creado un Matrix, lúgubre y siniestro. La atmósfera perfecta. Pasote de relato. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Voy a tener que pensar en una saga digna del relato. Gracias por el cumplido, don Fernando.

      Eliminar
  6. Excelente Alberix, muy bueno tu relato, ese final es para ponerse a pensar, jejeje. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu cumplido y por cierto, supongo que tambien pides la saga.Por favor, denme tiempo... jeje, sigo pensando como hacer una version mas lugubre y hardcore de matrix. Creo que me tomara bastante tiempo.

      Eliminar
  7. Me encanta leerlo..muchas gracias por escribirlo

    ResponderEliminar