En la monotonía
estresante del mundo corporativo, Crescencio daría todo por salir de su
cubículo celda; un prisionero más, que con su trabajo esclavizante, contribuía
a mover la rueda del progreso.
A punto de tocar su sumadora, diviso un extraño destello
en el espacio vacío entre el mueble en que se encontraba el aparato y su mano.
Por curiosidad, la toco con su dedo, causando que se expandiera en varias
direcciones y formara una grieta de luz, como si la realidad se estuviera
resquebrajando.. Se puso suspicaz; sin embargo, su curiosidad fue mayor que su
sentido común: extendió el brazo hasta hacer contacto con la grieta brillante.
Una explosión de luz amarilla cubrió su
campo visual, dejándolo inconsciente.
Despertó en un lugar de aspecto extraño, teniendo a su
alrededor estructuras gigantes, compuestas de partes mecánicas unidas por
engranajes y ruedas dentadas adheridas a ellas; parecían las piezas de un reloj
antiguo gigantesco. El cielo era oscuro porque el sol, la luna y las estrellas
brillaban por su ausencia.
Casi se cae, evitándolo sólo porque se agarró del borde
justo a tiempo. Al reincorporarse, notó que estaba sobre un corredor sin
barandas, apoyadas en pilastras sobre un árido suelo que conoció mejores días.
Sintió tal soledad, que hubiera preferido ser asaltado sólo
para sentirse vivo. Luego, de un agujero de la estructura de forma humana
frente a él, se disparo una especie de laser que lo escaneo. Al rato, se abrió
la compuerta neumática, dejando visible el otro lado; sólo se veía la nada.
Súbitamente, una pequeña luz blanca apareció en el centro
de ese espacio vacío, agrandándose rápidamente hasta abarcar los contornos de
la compuerta. Como avispa atraída por una lámpara asesina, él camino hacia
ella.
Entró en un bazar futurista, concurrido por gente delgada,
con el mismo traje de una sola pieza y la misma contextura, ambos sexos. Tenían
la piel color papel, pálida, cadavérica; cabellos y ojos marrones, que les
daban aspecto más tétrico.
Iban de un lugar a otro del bazar, atraídos por letreros
luminosos, ininteligles para él. Cada local competía por la atención de estos
seres.
De pronto, alguien lo miró, y al poco rato, se vio
rodeado por todos/as; un ser viviente entre esos zombies. Caminaron lenta pero
amenazadoramente hacia él, hasta que algo lo saco. Su rescatador era un joven
con apariencia similar al resto, pero más atlético; ojos y cabellos verdes y un
aspecto más encantador. Se sujetaba con algún tipo de látigo de luz verde neón,
con el que se columpiaba por todos los edificios, mientras lo agarraba con suma
facilidad con el otro brazo, pese a no ser mucho más grande que él.
Tras evadir a todo un ejército, se refugiaron en un
escondrijo entre los edificios. El joven lo miró detenidamente; después le
habló calmadamente en un idioma que no entendía. Súbitamente, clavó su larga
uña en la frente de Crescencio, de la que emanó sangre; sólo en ese instante
logró entender.
- Bienvenido al lúgubre
mundo Xero. Mi nombre es Tral, un rebelde.
Crescencio lo miraba vagamente. Le pregunta lo siguiente.
- ¿Quién diablos eres tú?
Pero de manera muy fría, Tral le respondió lo siguiente.
- Por lo que veo, tú
debes ser de la simulación.
Sin entender lo que decía, afirmó que sí.
- Esa simulación es del
pasado de este mundo, cuando todo era mucho mejor. Ellos la hicieron con el fin
de experimentar; dudo mucho que hayas escapado. Lo que creo, es que llegaste
aquí por una falla de seguridad, ¿cierto?
Él afirmó con la cabeza.
- Pues debes morir: no
eres más que la copia de un primitivo creado con el ADN de nuestros guerreros
muertos.
Próximamente: Mundo Xero, la novela, en colaboración con Federico Rivolta.
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Escalofriante final, Alberix.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato, has desarrollado una historia de ciencia ficción que podría tener una segunda parte. Yo la leería sin dudas.
Un saludo.
Gracias... lo voy a pensar.
EliminarMuy buen relato del lúgubre mundo Xero. Éxitos!
ResponderEliminarGracias
EliminarMeca!! Alberix!!! Estoy aquí como cada día en mi cubículo y tengo miedo de ver algún destello. No lo tocaré. Lo prometo. Tremendo universo el que has creado. Un abrazo
ResponderEliminarGracias preciosa: de seguir las críticas así, entonces sí estaré tomando en serio lo de crear una saga, aunque debo admitir que nunca es trabajo fácil; casi todo el mundo espera que la historia sea tan buena o mejor que el primer capítulo. Todavía seguiré pensando cómo hacer la cosa,
EliminarMientras, seguiré con mis trabajos, que de por sí ya son bastantes.
Chaooo hermosa leonesa exótica.
Muy bueno y entretenido relato y el final, escalofriante e inesperado.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un gran abrazo.
Gracias Lucia UO; ese era el efecto que yo esperaba. Encantado de conocerte; ojalá algún día aprenda algo de ti. Hasta pronto.
EliminarHas creado un Matrix, lúgubre y siniestro. La atmósfera perfecta. Pasote de relato. Un abrazo
ResponderEliminarVoy a tener que pensar en una saga digna del relato. Gracias por el cumplido, don Fernando.
EliminarExcelente Alberix, muy bueno tu relato, ese final es para ponerse a pensar, jejeje. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias por tu cumplido y por cierto, supongo que tambien pides la saga.Por favor, denme tiempo... jeje, sigo pensando como hacer una version mas lugubre y hardcore de matrix. Creo que me tomara bastante tiempo.
EliminarMe encanta leerlo..muchas gracias por escribirlo
ResponderEliminarDe nada
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