Cierto día en Transilvania, el conde Drácula estaba demorando mucho en su cuarto tratando de arreglarse para salir, lo que impacientaba a su mayordomo, que no estaba acostumbrado a que el conde demorara tanto.
Cuando por fin salio, el mayordomo le dijo lo siguiente.
- Oiga amo, usted se ve ridículamente vestido.
A lo que el conde respondio.
-¡Eso me pasa por estar apurado y contigo ayudándome demoraría aun más, Ladislao!
Y Ladislao dijo lo siguiente
- Aunque demore más estara mejor arreglado; recuerde que ustedes los vampiros no se pueden reflejar en un espejo y por lo tanto es más difícil para ustedes vestirse!
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