sábado, 30 de octubre de 2021

El ratón goloso

 



              Hace poquísimo tiempo, en una casa de los suburbios de un país bien desarrollado, vivían un ratón y un gato; éste último siempre trataba de darle caza al roedor, que constantemente se salía con la suya por ser más pequeño y veloz que su rival, logrando en todo momento regresar a su escondite.

            Un día, el gato se puso a perseguir al ratón por toda la casa, de manera tan frenética, que este último tuvo que dejar la casa en la que vivió por tantos años. Salió a la calle y se fijó que todo el vecindario estaba repleto de gatos, por lo que tuvo que meterse en las alcantarillas para así pasar desapercibido.

            El ratón estaba caminando a salvo en las alcantarillas, con la esperanza de escapar de ese vecindario de gatos cuando, de repente, sintió un intenso olor a queso suizo. El olor provenía de un gran tanque de basura, en donde habían depositado muchos bloques de estos quesos que, al parecer, habían recién expirado. Sin embargo, todavía conservaban el olor de queso fresco.

            El ratón se dirigió rápidamente hacia ese tanque de basura, con la esperanza de tener una probadita de esos quesos. Se quedo más tiempo de lo planeado, pero el queso estaba delicioso por lo que, a pesar de saber del peligro que le amenazaba, siguió comiendo. Pronto el ratón comenzó a preocuparse del tiempo que había pasado, pero su antojo era muy grande; no siempre tendría esa oportunidad de oro de comer toda una cantidad de queso como esa.

            Pero como toda historia tiene un final, a este goloso ratón lo ataco todo un batallón de gatos que saltaron al tanque de basura para devorarlo.

            Moraleja: si no tienes tiempo que perder o estás tratando de escapar de un peligro latente, no pierdas el tiempo distrayéndote.

           

 

           


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