jueves, 21 de enero de 2016

El testigo mudo


En un polvoriento y lejano pueblo del viejo oeste, vivía un aguacil conocido por su rudeza y aguda puntería, pero tambien solía ser a veces terco y testarudo.

Cierto día, mientras hacia guardia por el único camino arenoso que atravesaba ese lugar, se le acercó un hombre escuálido y mudo, que le estaba haciendo todo tipo de señas, como si tratara de describir a algo o a alguien.

El sheriff preguntaba qué quería decir, pero el mudo hacia señas inútiles, como si estuviera tratando de describir a algun rudo pistolero; sin embargo, aquella visión resultaba tan rara y chistosa, que el hombre de la ley se harto de las grotescas muecas del discapacito y disparo y disparo al aire hasta que el hombre se fue fuera de su vista.

Cuando el mudo termino de largarse lejos, más allá del poniente y anaranjado horizonte, un disparo atraveso el pecho del sheriff, que con lo poco que le quedaba de vida, giro la cabeza y vio a su enemigo declarado justo detrás de él, con una sonrisa deslumbrante de muerte y la pistola colt aún enfundada firmemente en su mano. En tono sarcástico, le dedico unas últimas palabras a su moribundo rival.

- ¡¡Imbécil, si le hubieras hecho caso a esa imitación barata de hombre, hubieras sabido que yo estaba por aquí, listo para acabar contigo!!

2 comentarios:

  1. Y la lección de esta historia es: Nunca decirle a un hombre sordo y mudo que está trabajando el culo a decirte algo que no es importante que usted sepa acerca de ello!

    Buena entrada! Gracias por la lección, Alberix Zeta!

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