La Bella y su príncipe, la ex bestia, habían disfrutado su primera noche de recién casados. A la mañana siguiente, poco después de haberse despertado, Bella le hace una pregunta a él, quien estaba sentado de forma catatónica en el extremo de la cama.
- Oye querido, ¿y por qué tienes esa cara de preocupación?
- Bueno Bella, creo que tendré que acostumbrarme a tus ronquidos, suenan peor que cuando yo era la bestia antes de que me besaras y por eso ni dormí en toda la noche.
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