Luego del milagro de las bodas de Cana, un tabernero le pidio un milagro para él.
- Hijo mío, ¿en qué te puedo ayudar?
El tabernero dijo lo siguiente
- Bueno señor, lo que pasa es que los romanos desgraciados aumentaron los impuestos a los insumos y quería saber, ¿puedes convertir unas tinajas de agua en cerveza para no tener que comprarlas a los babilonios y revender al público?
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