lunes, 22 de julio de 2013

El tiburón orgulloso






En lo más profundo del  Pacífico existe un gran tiburón blanco de nombre Trajano, que tiene aptitudes de líder y mucha confianza en sí mismo, dado que había sido criado para ser el sucesor de su padre como jefe  de su clan. Su hermano Nerva, un tiburón algo más joven,  tambien es un prospecto prometedor aunque era más prudente y sabio que su hermano. Pese a su disparidad de carácter los dos se querían mucho y viajaban a todas partes juntos.

Cierto día Trajano le hizo un reto a su hermano, que consistía en entrar en una cueva del lecho marino.

- ¿No te parece una locura?, no sabemos ni donde termina.

- Tonterías hermanito, nosotros podemos hacerlo, el que gane tiene derecho a devorarse un delfín entero.

Nerva vacilaba bastante, pero como no quería parecer un cobarde ante su impetuoso hermano aceptó el reto.

- Esta bien hermanito, sólo por esta vez pero sigo pensando que no es una buena idea.

Ambos se pusieron a competir mandíbula a mandíbula para rezagar al otro, siendo Trajano media mandíbula más veloz que su hermano más joven. De pronto, se sintió un gran estruendo con temblor, que causó que algunas rocas se cayeran de la parte superior de la cueva.

- Tenías razón Nerva, mejor salgamos de aquí

Y es que la cueva en que se encontraban los dos cachalotes estaba localizada cerca del cinturón volcánico del Pacífico, que es el origen del noventa por ciento de los terremotos a nivel mundial. Trajano fue lo suficientemente rápido para escapar no así Nerva, que se quedó encerrado justo cuando estuvo a punto de salir de ese lugar. Pese a que Trajano logró mover con su cuerpo de más de cuatro metros algunas rocas pesadas, era demasiado para él, siendo casi en ese momento en que Nerva gritaba.

- ¡¡Trajano, pide ayuda, no puedes sólo!!

- ¡¡Soy el más fuerte del clan hermanito, te sacaré de aquí!!

- ¡¡No lo dudo, pero cuando me saques de aquí tal vez sea cachalote servido en las rocas, si es que ocurre otro terremoto!!

Trajano vacilo por un momento pero luego se decidió.

- Esta bien, jaf, jaf,  pero te advierto que podría tardar bastante, el clan está muy lejos.

- Tiene que haber alguien por allí, pero no tienes tiempo que perder

Trajano nadó tan rápido como pudo para encontrar a los de su clan, hasta que súbitamente se encontró con una gran ballena azul. Aquel animal era un ser noble, pero tenía una gran desconfianza hacia los tiburones.

- ¡¡Quítate de mi camino tiburón o lo lamentarás!!

- ¡¡Escucha, no vine a hacerte daño, te exijo que me ayudes a sacar a mi hermano de una cueva!!

Aquella petición llena de ego disgustó aún más a la ballena.

- No tienes a tu ejército para darme órdenes a mí.

La ballena trató de avanzar, siendo bloqueada en todo momento por Trajano.

- ¡¡Quítate de mi camino o te aplastaré!!

Respondió Trajano en un tono más amable.

- No hasta que salves a mi hermano, necesito tu ayuda y si no me crees, estoy dispuesto a dejarme embestir por ti.

- Esta bien, sólo porque sonaste amable y se nota que estás desesperado, sin embargo te advierto una cosa, ¡¡si se trata de una emboscada con los otros de tu manada la pagarás muy caro!!

Así fue como la gran ballena acompañó a Trajano hasta el lugar donde estaba atrapado Nerva, bastándole sólo con un coletazo de su enorme cola para remover las piedras, logrando que Nerva pudiera salir a la claridad del océano. Ambos tiburones les dieron las gracias y su muy sonriente benefactor antes de dar la vuelta completa para irse, les dijo lo siguiente.

.- Ya saben, tengan mucho cuidado con jugar por estas áreas, ocurren temblores y sale fuego líquido color naranja, que forma grandes protuberancias en la tierra antes de esparcirse a todos lados. Adiós.

Tanto Nerva como Trajano llegaron a sus propias conclusiones.

- Hermano, creo que tenías razón, he pecado de muy orgulloso.

- Qué bueno que aprendiste la lección, pedir ayuda no es una debilidad, es también una de las fortalezas del líder, ¡¡ahora vamos a cazar, que tengo mucha hambre!!

Fin

El Pregonero Silencioso

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