Capítulo
4
Piratas
al asecho
Por mucho que se esforzó aquella tripulación de aquel barco mercante,
los piratas les dieron alcance.
- ¡¡¡Ponte tu
armadura y toma tus armas rápido!!! - dijo Fukushu a Morgan - hay que luchar
contra esos piratas.
- ¡¡¡Pero si
ponerme la armadura me va a tomar un tiempo!!!!
- ¡¡¡Tu cota de
malla pues!!!
Morgan giró la
cabeza para otro lado luego dijo volviendo la cabeza a su interlocutor.
- Está bien, ¿y
tú?, ¿de nuevo jugando al fantasma?
Fukushu nuevamente desapareció de su presencia y de todos, porque iba a
hacer uso de sus acostumbradas artes guerreras. Su plan era sencillo y
mortífero, se iba a escabullir en la lucha, causar heridas graves a los
enemigos vándalos y mataría a su capitán sin que éste se diera cuenta, lo cual
comenzó a realizar a cabalidad, dando estocadas con sus filosas armas japonesas
a diestra y siniestra facilitando la defensa de los compañeros; mientras eso
hacía, le alivio saber que Morgan era mucho mejor con la espada que con la
lengua, poniendo en práctica las destrezas samurái que aprendió en Japón.
Morgan mató de tajo a cuanto enemigo se le puso en su camino, siendo una
de sus espectaculares acciones el tirar en el aire una cuchilla que dio vueltas
en forma de hélice decapitando a dos de los piratas y antes de que causara
daños colaterales, el joven realizó un ágil salto hacia adelante (tal vez
aprovechando que sólo tenía puestas sus cotas de malla) para tomar la cuchilla
por el mango.
Fukushu entre tanto seguía abriéndose paso en la lucha hasta llegar al
capitán, siendo interrumpido por un gigantesco pirata que lo trató de golpear
con su pesado martillo, logrando Fukushu esquivar todos los embates pese a lo
cual el gigante lo estaba poniendo contra el mástil, sabía que ahora tenía que
pelear. El ninja caminó a velocidad hacia ese mástil, logrando dar pasos en
vertical hacia arriba, después usó su pie izquierdo como pivote dando una
patada hacia adelante con el cuerpo mirando hacia abajo, rompiéndole la nariz a
su adversario en el acto.
Aprovechó
esa distracción para cortar en dos el mazo del gigante, que le dejó suficiente
espacio como para atravesar su vientre con la katana, matándolo al instante. Ya
Fukushu estaba en ángulo de tiro, observando frente a él la pareja pelea entre
el capitán del barco y el de los piratas, sacó su cerbatana, disparó un dardo envenenado
al cuello del pirata, que comenzó a debilitarse rápidamente, cosa que aprovechó
el capitán mercante para terminar de aniquilar lo, después dio una mirada a
Fukushu que parecía muy amable.
Cuando habían acabado con los piratas y quemado su barco, la tripulación
quedó como un sólo hombre haciendo coro a a Morgan y a Fukushu, mientras el
capitán los felicitaba.
- Ustedes dos han
demostrado gran valor en la defensa de mi nave, por tanto desde hoy hasta que
lleguemos a Gran Bretaña, los nombro marineros a los dos, gozarán de los mismos
derechos que el resto de la tripulación, ¿qué dicen ustedes?
La ovación fue total.
Días después, cuando habían atravesado lo que hoy es el estrecho de
Gibraltar, pasando por España hasta llegar al estrecho de Dover, Fukushu y
Morgan hablaban mientras miraban las costas de la imponente isla.
- Hogar, dulce
hogar, suspiró Morgan, ¿Fukushu estás muy pensativo?
Fukushu no
contestó.
- ¿Fukushu?
- Oh, disculpa,
estaba pensando mucho.
- No te veo muy
feliz, ¿qué sucede?
- ¿Recuerdas
aquella infructuosa persecución en el océano Índico y luego por culpa de
Mordred sufrimos el monzón?
- Eso sí es un mal
recuerdo, ¿te encanta recordar eso?
- No, lo que
realmente lamento es que no me comporté como un verdadero ninja, de hecho en mi
impetuosidad cometí un mismo error dos veces. La primera vez cuando tu hermano
me quemó la mano con la Ryu, debí hacer todo sin que se diera cuenta.
- El día que
alguien me tiró una piedra y derribó, ¿fuiste tú?
- Sólo hacía mi
trabajo.
- Está bien, continúa.
- La segunda vez,
le llamé la atención al usar un barco de la marina imperial, cuando debí
haberlo seguido en uno mucho menos llamativo, eso no sólo manchó mi reputación
de ninja sino que llevé a una tripulación a la muerte.
- Con esa espada
Ryu, mi hermano es capaz de todo, ¡¡tómalo con calma, lo lograremos y después
lo matamos!!!
- Ese no es el
punto, me comporté como un samurái, el mismo estilo de Tajiri.
- Querrás decir el
del hombre que ordenó que me torturaran hasta casi matarme.
- No lo culpes, es
su trabajo, a mí lo que realmente me hace sentir mal es que de algún modo quise
demostrarme a mí mismo que podía lograrlo, quizá para no sentirme inferior a
Tajiri, mi eterno rival por el favor del emperador.
- ¿Desde cuándo a los ninja les interesa lo que piensen otros?
- Tienes razón,
soy una sombra en la oscuridad, nada ni nadie debe saber lo que hago o lo que
soy, es mi razón de ser.
- Bueno eso está
mejor (Morgan vaciló), un momento, vamos a la corte de Arturo, entre ellos le
dan mucha importancia al honor y a retar al enemigo frente a frente, misma cosa
que hace un samurái, ¿qué le vas a decir al bastardo, hola Arturo, soy un ninja
y peleó a traición?
Al oír esto, Fukushu vaciló, para al rato dar una respuesta meditada.
- Es cierto, quizá
no acepte ayudarme, aunque tengo pensado presentarme como emisario del
emperador japonés.
Ahora el que vaciló fue Morgan.
- Espera, ahora
soy yo el que acabó de recordar algo, ¡¡Arturo me odia, soy hermano de Mordred
y por antonomasia su aliado, ¡¿vas a ir a esa corte para mostrarme como trofeo?
- Déjame pensar
como arreglo eso
Me gusta!
ResponderEliminarNo se si lo has seguido leyendo; entiendo que es difícil porque no puse enlaces a los otros capítulos, pero ahora estoy trabajando en eso. De verdad que esto es agotador. Lamento no haberte contestado antes; he estado en muchas cosas.
EliminarAhora, desde mañana, podras leerlo completa esta historia del ninja. Cuídate mucho Lorena, hasta la próxima.
Apasionante historia, en espera de la continuación.
ResponderEliminarHola doña Mirna, lamento no haberle contestado estas críticas; mi trabajo en la oficina con mi jefe me ha estado alterando mucho y a menudo no puedo escribir por estar metido en ese cubículo para... ya usted se imagina que hago. Extraño sus críticas; usted está desaparecida.
EliminarEstoy trabajando en reparar mi blog y por cierto, estoy enlazando los capítulos de esta historia uno por uno. Gracias por su comprensión.
El combate fue rápido y apasionante. Ya están llegando a las Islas Británicas. Ya veremos cómo se las arregla Fukushu para tener el favor del rey y evitar que mate a Morgan. Se está poniendo interesante.
ResponderEliminar¡Saludos!
Oye Nahuel, no se si leíste el final de esta historia, pero por allí me he enterado que la gente quiere una segunda parte de esto, pero siempre todo acerca de Fukushu y su extraña relación con la familia de Arturo, aunque él parezca asiático y estos unos gringotes. Por cierto, en caso tal de que no hayas podido leerlo todo, mañana los capítulos de este cuento estaran enlazados; estoy en eso todo el día y es canson.
EliminarPor cierto, hasta pronto. Por allí me paso un rato por tu blog, aunque lo malo es que su lectura es tan larga que a veces paso toda la noche sin dormir y luego me acuerdo de que tengo que ir al trabajo a ver al ridículo de mi jefe. Hasta la próxima Nahuel.