Los misiles de Kim Yong Um (Ríase un poco)

Érase una de esas mañanas en las que Kim Yong Um y su alto mando estaban observando el lanzamiento de otro misil de largo alcance pero, para tristeza de los presentes, el misil estallo antes de poder despegar, matando en el acto a más de una docena de soldad@s y dejando más de una veintena de vehículos militares dañados o averiados. El joven Kim, enfurecido, empezó a saltar con sus dos piernas contra el suelo, como si quisiera causar un terremoto - Uno más fuerte que el que estaba causando geopolíticamente junto a su amigo Trump a escala mundial - y haciendo berrinche similar a un niño de cinco años que daño su juguete nuevo.

- ¡¡Maldición, otra vez fallamos en nuestras demostraciones de fuerza!! ¡¿Cómo vamos a hacer que América nos tenga miedo si todo nos sale mal!!

Un alto oficial le sugirio lo siguiente al joven dictador.

-Su excelencia, tengo una mejor idea ¿Por qué mejor no nos dedicamos a fabricar fuegos artificiales? Son mucho más fáciles de hacer, serían un buen producto de exportación y, con el tiempo, saturaríamos el mercado de tal forma que podríamos lograr un superavit comercial en ese rubro y les ganaríamos a los americanos en ese campo ¿Qué le parece? Si los japoneses se levantaron fabricando chips y los chinos juguetes ¿Se imagina hasta donde llegaría Norcorea?

Pero Kim, en lugar de responderle a ese general, le clavo una de sus maquiavélicas miradas.