Estás despedido

- ¿Es usted comunista,  Menéndez?

            Una pregunta incómoda, pero quien la hace es mi jefe.

- No, usted sabe bien que no tengo afiliación política.

- ¿Estuvo en “Ocupen Tegucigalpa”?.

- Sí don Malnacido, pero eso no me hace ser de ninguna corriente política; es sólo una protesta social.

- ¿Social?, ¡¡está atentando contra el orden establecido, aquel que paga tu estilo de vida!!,  ¿sabe lo que me cuesta a mí prosperar esta empresa?

            Ganas no me faltan de decirle lo que pienso de él: de su voluminoso cuerpo que alimenta con mi trabajo, entre otras cosas. Pero no puedo.

- Jamás señor, pero pienso que hay mucha desigualdad económica en Honduras.

- ¡¡Y para eso tienes que faltar en horas laborales y bajar tu productividad!!

- Usted sabe que no, siempre he sido un empleado ejemplar: yo nunca le he fallado.

- Estás despedido

            Enfurezco: tomo un duro pisapapeles y se lo lanzo en la cara.

- ¡¡Cerdo asqueroso!!

            De su ojo sale sangre y la expresión de su cara, cadavérica.

            Al reaccionar, apenas pude creer lo hecho. Trato como puedo de provocar un milagro, dándole fuertes sacudidas.

- Señor Malnacido, ¿está  bien?, señor, yo…

HAS DESTRUIDO MI VEHÍCULO, AHORA ESTÁS CONDENADO

            Una voz de ultratumba resonó por la habitación, retumbándolo todo, incluso mi mente.   Luego, del cadáver sale un gas negro, que vacio a ese cuerpo hasta desinflarlo. Una figura inmensa con patas de caballo y cabeza de cerdo abarca casi toda la oficina. Ahora sí creo que ellos son unas bestias.

¿Qué eres?

SOY VORAX

- ¿Son… Son ustedes los que en verdad están detrás de los que controlan el mundo?

- Sí, porque somos uno, y voy a devorarte

- No podrás, mi alma es pura.

- Mejor, un buen manjar.

            Eso se vuelve gas y penetra por cada orificio de mi cuerpo, quemándome por…aaaaaaa!!!!

            Pellejo fresco: es perfecto. Procedo a rellenarlo por dentro, hasta lograr reincorporarlo. Lo reviso: tiene una linda esposa. La llamo.

- ¿Mi amor, qué tal?

- Quiero el divorcio

¡¿Pero por qué, y tus hijos?!

- Arréglatelas sola - cuelgo

- Adiós estorbo, ahora a llamar a mi secretaria

- Aló

- Soy yo, Vorax

- Suena como…

- Ya no está

- Oh

- Llama a mis socios; vamos a reunirnos para inventar la crisis financiera.

- Pero tal vez estén ocupados, ¿cómo sabe que vendrán?

- Porque somos uno

FIN