Capítulo 13
Furia de dragones
El dragón
escarlata, arremetió contra él, recibiendo sendos espadazos por parte de
Arturo, que aunque no lograban cortarle le causaban dolor como si se tratara de
un fuerte golpe sin llegar a lastimarlo; mientras Arturo estaba ileso de
momento. Después de varios intentos, el monstruo se concentró en atacar al
resto de las fuerzas de Camelot, dejando gran destrucción.
- ¡¡Reagrúpense, no se dejen
vencer por eso!! - les arengaba Arturo, sin lograr mayor efecto.
Más allá,
Cinnia por fin había llegar al campamento para ver a los médicos, las mujeres
y los heridos leves retirándose de allí, llevándose cargando como podían a los
heridos de mayor gravedad. Cinnia, que llegó a divisar a Elvia, le preguntó lo
siguiente.
- ¿Por qué están todos huyendo?
- Cinnia, que bueno que todavía
estás viva, pensé que ya habías muerto allá abajo. Bueno, voy a decírtelo
rápido, es el dragón, ¿que no lo viste?, está atacando a nuestro ejército.
Cinnia
giró su cabeza hacia atrás, llegando a ver al dragón en acción.
- Acabo de llegar, aunque justo
cuando estaba a unos pasos de aquí, empecé a escuchar un ruido infernal allá
abajo sin poner atención a qué era.
Elvia,
señaló hacia atrás Cinnia y le gritó lo siguiente.
- ¡¡Aquí viene!!
El dragón
volaba amenazante hacia el campamento de Arturo y Cinnia, se pusó en posición
de arquero.Tomando una de las flechas de su carcaj llevándola hacia la cuerda; a
continuación extendiéndola hacia atrás, mientras sostenía el arco con la otra
mano apuntando hacia la bestia.
- Si le doy en el pecho, lo
mataré.
Cinnia
disparó la flecha hacia el animal, al que hubiera acertado si no fuera porque
realizó una maniobra aérea, que consistió en girar en el aire mientras
planeaba, quedando boca arriba justo cuando la flecha le pasaba encima.
A continuación lanzó su ráfaga infernal hacia
donde estaba Cinnia, que habría muerto a no ser por Elvia, que se le tiró
encima cayendo ambas al suelo con las llamaradas pasando a pocos centímetros y
casi las alcanzan de no ser por la intervención de un dragón azul que la
embistió, quedando ambos monstruos forcejeando y comenzando un mega combate, en
donde el dragón azul le disparaba sus más intensas llamas azules a su rival.
- ¿Otro dragón, qué calamidad es
esta? - exclamó Elvia.
- No Elvia, parece que el dragón
azul nos está defendiendo, ¡mira!
En uno de
esos forcejeos, ambos dragones se miraron a los ojos, siendo el rojo el primero
que habló.- ¿Merlín?, pero si tú estabas muerto!!
- Querida Morgana, ¿acaso creíste
que un ninja de señuelo y el volcán de Islandia iban a ser suficientes para
aniquilar al gran Merlín?, prepárate para mi furia.
El dragón
azul se echó para atrás, quedando a cierta distancia para embestir nuevamente. Envio el cuerpo de Morgana muy lejos, por lo menos de momento, lo que
aprovechó para comenzar a atacar a las fuerzas de Mordred.
Arturo,
por su parte, había quedado frente al ejército franco que cargaba hacia él, mas
el rey no se inmutaba, todavía estaba desafiante con su Excalibur en mano.
- Eso es vengan acá, les prometo
que les daré una batalla que nunca olvidarán
Justo
cuando ya estaban a tres metros de Arturo, el fuego del dragón azul cayó sobre
sus enemigos, dejándolos calcinados y en desbandada, dejando a un sorprendido
Arturo decir la siguiente frase.
- ¿De dónde salió este?, un
momento Arturo piensa, el rojo debe ser...., entonces el azul es Merlín!!,
¡¡¡soldados, no se queden allí parados, vamos nuevamente a la carga, Merlín
está con nosotros!!!
Al
escuchar esto, los demás dejaron de retroceder, para volver a atacar a sus
enemigos, quienes eran ahora los que huían. Poco después, la dragona roja
volvió a la carga, disparando nuevamente su fuego a las tropas de Arturo, por
lo que el dragón azul volvió a intervenir, reiniciando el combate titánico,
dejando el campo de batalla vuelto un caos, ya que ahora ninguno de los dos
ejércitos batallaba en formación, creando toda una serie de duelos individuales
y acciones desesperadas, por más que Arturo, Mordred y Childerico se esforzaban
por reagrupar sus ejércitos.
Regresando
a la fuente de agua con el brocal incendiado, su fuego se apagó debido a una
gruesa ráfaga de agua que vino desde abajo, dejando las cenizas, que de
inmediato fue removida por los antebrazos desnudos de Fukushu, que había
utilizado la cubeta para aplacar el incendio, al mismo tiempo que volvía a la
superficie. Al terminar de subir, vió el completo caos en el campo de batalla y
a dos dragones peleando y atacando a los hombres cada vez que podían; no sabía
qué había ocurrido, mas no tenía tiempo para meditarlo, tenía que cumplir su
misión.
Al tratar
de interceptar a Mordred, un guerrero, lanza en mano, por poco lo embiste, si
no fuera que él lo esquivó justo a tiempo. Reconoció la armadura, era
Agraviane, que le dijo lo siguiente.
- ¿Con que viniste por más
ninja?, te voy a complacer.
Agravaine
volvió a la carga, por lo que Fukushu saltó en el aire, dando una doble patada
voladora al cuerpo de Agravaine, tumbándolo del caballo. El caballero había
quedado en una mala posición, lo que iba a aprovechar Fukushu para rematarlo y
hubiera sido así, de no ser que tuvo que agacharse hábilmente, para evitar ser
partido en dos por el filo de una katana que lo trató de rematar desde atrás;
Fukushu, al bloquear una nueva estocada del arma, se sorprendió al ver el
rostro de quien lo atacaba.
- maestro Hinoi.
Hinoi lo
miraba como siempre, con cero expresión en su cara.
Luego a
la lucha de katanas se sumó Agravaine, quedando dos contra uno. En una de esas
escaramuzas, cuando las tres espadas estaban forcejeando, Agravaine le dijo lo
siguiente.
- Ahora somos dos contra ti, te
aseguro que nunca le pondrás tus manos encima a Mordred, el nuevo rey de Gran
Bretaña.
Eso lo
veremos, ahora vamos a ver quién de nosotros pelea más sucio.
Los tres
se enfrascaron en una encarnizada batalla, estando Fukushu a la defensiva la
mayoría de las veces, al mismo tiempo que esperaba un error de sus contrarios,
ambos muy buenos combatientes; incluso Agravaine, con su pesada armadura, movía
su katana con la destreza de un malabarista.
Pese a
que era un diestro combatiente, Fukushu sabía que no tenía mucho tiempo, así
que se las arreglo durante uno de los lances para que Hinoi y Agravaine
llegaran a matarse ellos dos con sus katanas, pero reaccionaron de inmediato,
evitando que pasara a mayores; en eso Fukushu les lanzó desde una de sus largas
mangas algo parecido a polvo, lo que los cegó momentáneamente, aprovechando la
oportunidad para lanzar a su maestro, con una llave de yudo, contra el cuerpo
de Agravaine, que cayó derribado. Mientras Hinoi se las arreglo para
escabullirse en aquella cortina de humo, Agravaine se levantó con suma rapidez
pese a su armadura, sólo para recibir una patada giratoria en el aire a la
cabeza por parte de Fukushu, siendo su fuerza tal, que el golpe le voló la
visera por los aires, dejando al descubierto el rostro de Agravaine por la
abertura del casco, que estaba magullado. El hombre cayó semi inconsciente al
suelo y de su boca emanaba bastante sangre. Había quedado inconsciente.
De
inmediato, se disponía a buscar a su maestro, cuando éste lo atacó por la
espalda, golpeándole con ambas palmas de las manos, haciéndole caer al suelo,
después sacó sus dos pequeñas espadas de su espalda, tratando de dar un corte
de gracia que Fukushu logró bloquear con su katana. Ambos se enfrascaron en un
mortífero duelo marcial, siendo sus espadas tan rápidas, que la velocidad de la
trayectoria de sus estocadas, hacía que a simple vista ambos filos parecieran
intensos reflejos de luz plateada manipulados por las manos de los dos
guerreros y los inconfundibles sonidos metálicos al golpearse eran constantes.
- Maestro Hinoi, ¿qué haces
apoyando a Mordred?
- Vaya Fukushu, veo que todavía
tienes escrúpulos para realizarlo todo.
Hablaban mientras combatían, sin
perder nunca la concentración.
- Yo sólo sé que le sirvo a mi
emperador, mi vida y mi muerte está en su mano.
Casi
pierde la cabeza, de no haberse agachado antes de que un movimiento de espadas
cruzadas, que venían de ambos lados, de manera fugaz, por parte de Hinoi;
después volvió a la carga, tratando de propinarle sus propias estocadas a
Hinoi, que lograba bloquearlas con el filo de sus armas.
- ¿Que tú sirves a quien?, fue
por culpa de él que yo quedé atrapado en Corea luego de mi fallida misión para
matar al rey de ese país, quien había sido alertado de mi presencia por culpa
de un traidor. Allí quedé prisionero por varios años, siendo torturado de
manera cruel en una asquerosa celda, porque para ese tiempo Taira no Tensai, ya
había firmado la paz con los coreanos y por eso renegó de mí.
- Cuanto lo siento.
- Gracias a Buda pude escapar,
encontrándome en mi camino a Mordred y su grupo, quienes realizaban una
expedición por Asia supuestamente organizada por su rey Arturo.Pero su
verdadero objetivo era entrenarse en las artes marciales del oriente y robar la
espada Ryu, con el fin de equilibrar su fuerza con Excalibur y derrotar a
Arturo.
Hinoi
estaba haciendo retroceder a Fukushu, siendo en ese momento en que observó el
delirio de sus ojos que descubrió lo que su antiguo mentor planeaba.
- Tú sirves a Mordred, con el
único objetivo de traicionarlo y quitarle la katana Ryu.
- Sí, voy a traicionar a Mordred,
mataré a Morgana y me llevaré la espada a Japón; allí mataré Tensai y me
convertiré en el nuevo amo del imperio, el señor de las sombras!. Con mis ninjas
y la espada Ryu en mi mano, conquistaré Corea, después China, luego me
apoderaré de la ruta de la seda y espero contenerme allí, porque el alcance de
mi penumbra hará que la luz del sol sea tenue en occidente.
- No te lo voy a permitir aunque
eso signifique que tenga que matarte.
- Suenas más a un samurai que a
un ninja Fukushu, siento decirte que me has decepcionado.
Sir
Mordred estaba tratando de imponer el orden en medio de aquel caos, montado en
su caballo.
- ¡¡¡No se queden allí parados,
vayan a reagruparse!!
Sin que
se diera cuenta en un principio, Arturo llegó a quedar a varios metros cerca,
justo frente a él y le increpó desafiante.
- ¡¡Escucha Mordred, aquí me
tienes, vamos a terminar con esto de una vez por todas!!.
Mordred,
ni corto ni perezoso, se abalanzó contra él cabalgando en su caballo, su lanza
en dirección al cuerpo de su rival. Arturo, en cambio, enterró la punta de su
Excalibur en el suelo. Eso creo una enorme grieta que se extendió hasta las
patas del caballo de Mordred, lo que hizo que el animal perdiera balance y
durante la caída, su jinete cayera al suelo. Luego de esto, Arturo levantó su
espada nuevamente, lo que hizo que la grieta desapareciera, quedando en
posición de guardia.
- Ahora estamos a mano, esta
guerra tiene que terminar.
Su rival
desenfundó su resplandeciente katana.
- No seas tan osado padre, sabes
que al final, yo seré el último que ría y por eso estoy seguro que el que
morirá eres tú.
Comenzaron
un duelo épico, casi comparable con el que Merlín estaba sosteniendo con
Morgana, ambos transformados en dragón. Las dos espadas, cada vez que chocaban,
causaban ráfagas de energía, haciendo mucho ruido y parecidas al relámpago,
opacando todo lo que estaba a su alrededor.
En el
cielo, los dos grandes dragones estaban enfrascados en una violenta lucha.
Merlín, el dragón azul, lanzo sus ráfagas de fuego azul contra Morgana, que se volvió
transparente al instante. En aquel estado, las llamas de Merlín la atravesaron.
-Jajajaja, ¿se te acabo la magia viejo
loco?
A continuación
Morgana golpea a Merlín con su maciza cola, que lo envía decenas de kilómetros hacia
arriba. Morgana descendió a baja altura para acosar con su fuego a las fuerzas
artúricas, sin percatarse de lo rápido que Merlín le dio alcance. Él abrió su hocico,
del que emano un humo negro que cubrió el cuerpo de Morgana por completo; la nube
se redujo hasta abarcar el cuerpo de la dragona tomando su forma. De forma rápida
y gradual, el cuerpo de la dragona volvió a su color original con forma sólida,
lo que aprovecho Merlín para embestirla hasta dejarla decenas de kilómetros en el
aire.
-Me decepcionas Morgana, parece que
has olvidado tus clases de alquimia avanzada.
De los ojos
de Merlín centellaron intensas luces blancas. Casi de inmediato, el cielo se cubrió
de numerosos rayos ramificados que le hicieron daño a la anatomía de Morgana. Ella
comenzó a caer al suelo con sus alas rotas, pero estas rápidamente fueron reemplazadas
por un juego de alas nuevas, que terminaron mudando los restos de las viejas. Rápidamente
Merlín se abalanzó sobre ella, continuando aquella lucha sin cuartel.
Es permanente el mantenernos en la espera de la próxima aventura. Saludos.
ResponderEliminarY lo peor de todo es que he leído ridículos rumores (tal vez mi imaginación) de que quieren una segunda parte. Oiga doña Mirna, la extraño mucho. Cuídese.
Eliminar¡Esto sí es épico! ¡Ya quiero saber cómo terminará esto! Je, je, je. ¡Saludos!
ResponderEliminar¿Podra Fukushu descansar en paz con su amada o tendra que luchar otra aventura? Aún es algo que sigo pensando en mi cubículo de la oficina o cada vez que sueño. Bueno, hasta pronto, querido Nahuel.
EliminarMe encanta la historia, muy bien escrito e interesante. También tengo un interés en la mitología y leyendas.
ResponderEliminarGracias por compartir Alberix Zeta
Y tambien me gustaría que compartieras esos capítulos y quisiera compartir lo que escribes; lo malo es que apenas tengo tiempo de leer algo: mi jefe me tiene harto con eso de la contabilidad y cada noche sueño que soy Rambo y no me gustan las películas de acción como antes. Por cierto, estoy trabajando para que "Relámpago el caballo" sea mi primer ebook; además del thriller para ponerlo en youtube.
EliminarHasta pronto y gracias por compartirme siempre.